jueves, 8 de abril de 2010

“Para mí el incesto era normal”

[Terrible relato pero hay que leerlo]

Por Marga Parés Arroyo / Mpares@elnuevodia.com

“Para mí los actos lascivos, los tocamientos, el incesto era normal”, recuerda Carmen Pérez, una mujer que, desde los cuatro años, fue violada y sodomizada por su padre, sus hermanos y otros varones de su familia.

Su valiente testimonio afloró durante un foro organizado por la Universidad del Este, en Carolina, titulado “Agresión sexual... una mirada psicológica, social y de salud”.

Los atropellos carnales que sufrió Carmen se extendieron hasta sus años de preadolescencia, cuando rompió el silencio y denunció a su padre. Este fue sentenciado a 15 años de prisión. Mientras tanto, su madre abandonó el hogar, y ella y sus hermanos fueron separados.

Tras crecer en un hogar de “maltrato, alcohol y pobreza”, Carmen pasó por varios hogares de crianza hasta que, en uno de estos, volvió a ser blanco de agresión sexual.
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“Fui agredida sexual y sicológicamente por muchos años. Pensaba que era la nena fea, la mala y todos se aprovechaban de mí”, dijo al comentar cómo la madre de crianza solía “sentarse en el balcón” mientras los varones del hogar abusaban de ella.

Fue en una época de Navidad, a sus 16 años, cuando, durante una visita a su madre biológica, su hermano de quince años la violó.

Carmen volvió a romper el silencio y denunció a su hermano, lo que puso punto final a los abusos a los que fue sometida por parte de otros varones de su entorno familiar.

“Mi madre y todos lo negaban, decían que estaba loca, mintiendo. Quedé desacreditada y con la autoestima muy baja. Fue ahí cuando decido tratar de suicidarme”, dijo, al recordar cómo ese intento suicida la dejó en el hospital durante “mucho tiempo”.

Al no querer regresar al hogar de crianza donde también sufría de abusos sexuales, quedó emancipada a los 17 años, y ahí comenzó su trayectoria hacia la supervivencia de un patrón de maltrato y abuso sexual que duró doce años.

“Fue superdifícil, pero lo logré. Es un proceso de vida, de buscar grupos de apoyo, ayuda sicológica... Es como volver a nacer”, resumió Carmen.

Casada hace 25 años y madre de dos hijos, esta embalsamadora estudia enfermería y está en proceso de escribir un libro de su vida. Mientras tanto, lucha día a día con el recuerdo del abuso sexual que la sorprendió durante su infancia.

“A todos los que estén pasando por lo mismo los exhorto a buscar ayuda y que se decidan a denunciar a su agresor, porque el silencio es el arma perfecta de los agresores”, dijo la mujer, quien no reveló su edad.

Por su experiencia y otras similares que puedan pasar otros, Carmen lamentó que el delito de abuso sexual prescriba.

Ayer la senadora Sila Mari González anunció que hay varios proyectos legislativos que persiguen evitar esto.

“La prescripción constituye un impedimento total para que el Estado pueda procesar por una ofensa”, sostuvo.

Perfil de una víctima de agresión sexual:

Ha sido blanco de maltrato en su niñez

Se acostumbra a conductas violentas

Se siente culpable y cree que lo merece

Tiene baja autoestima

Calla por miedo a perder a sus hijos

Depende económica y emocionalmente de su agresor

Si no busca ayuda

Desarrolla hostilidad y coraje

Confunde el sexo con el amor

Tiene problemas para relacionarse

Busca parejas abusivas

Comete intentos suicidas

Crea un sentido de persecución

Fuente: Jorge Ramos, profesor UPR, Río Piedras

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