Las mujeres que viven en la calle están expuestas a más agresiones que los varones y al abuso sexual. (Archivo)
jueves, 29 de abril de 2010
Arys L. Rodríguez Andino / Primera Hora
Aunque ambos, sin duda, merecen la atención gubernamental y la sensibilidad de la sociedad, no es lo mismo un hombre que deambula que una mujer sin techo.
Las mujeres que viven en la calle están expuestas a más ataques que los varones y la agresión sexual, muchas veces en modalidades muy severas, es una de ellas.
Bajo el lema Mis días sin techo: la violencia sexual en las mujeres sin hogar, la Coordinadora Paz para la Mujer organizó un foro para explorar las necesidades de las mujeres sin hogar sobrevivientes de violencia doméstica.
Prácticamente invisible en las estadísticas, esta población ha ido en aumento por la crisis económica que vive el país, por lo que tiene que haber un plan para mitigar las agresiones de las que pueden ser víctimas.
El coordinador del programa Kamaria, Juan Carlos Espinosa, señaló ayer en la 6ta Conferencia Anual sobre la agresión sexual que las mujeres que viven en la calle a veces ni siquiera identifican lo que es violencia porque es “modo de vida”.
“Muchas veces nuestras participantes no codifican lo que están recibiendo como violencia porque es modo de vida, y como es modo de vida, no lo puede identificar”, señaló el trabajador social, quien mencionó que parte del trabajo con esta población es hacerles entender que la agresión sexual no tiene que ser parte de su deambulación. “La pone más vulnerable pero no tiene por qué sufrirlo”, añadió el psicoterapeuta.
El estatus migratorio también es utilizado contra las mujeres para obligarlas a realizar trabajos sexuales. “Se convierte en una agresión dual porque está haciendo un trabajo sexual sin realmente quererlo hacer y está siendo forzada a realizarlo por un ente opresor”, observó Espinosa.
Tania Rodríguez Morales, proveedora de salud del Migrant Health Center, en Mayagüez, mencionó que las mujeres deambulantes que se prostituyen suelen ser abusadas por los clientes.
“Les hacen muchas cosas que son bien tristes. Las sodomizan, la montan en un carro y hay dos amigos más y se las llevan y las amarran”, narró la también consejera certificada en VIH y abuso de sustancias.
La directora ejecutiva de la Coalición de Apoyo Continuo, Jeannette Martínez Vélez, mencionó durante su participación que a las mujeres se les juzga como mujer, como madre y por su preferencia sexual.
Para demostrarlo, llevó a Luz Dávila, una ex deambulante que conoció la rudeza de la calle y vivió la falta de recursos para poder salir adelante.
“La mujer en la calle pasa muchas necesidades. No tenemos un lugar seguro. Hay muchos albergues para hombres; pero, ¿y las mujeres? Si no somos madres con niños, estamos perdidas”, expresó Dávila.
La asesora del Gobernador en Asuntos de Calidad de Vida y ex directora ejecutiva de la Fondita de Jesús, Ciení Rodríguez, reconoció que no es prioridad desarrollar datos sobre la mujer sin hogar y señaló que se debe levantar la voz para que se realicen estudios más completos sobre las necesidades de la mujer sin hogar.
“Llegar a la realidad de dónde están las mujeres sin hogar es bien importante que comencemos a trabajarlo porque cada vez son más y las mujeres sin hogar están en una situación de mayor desprotección y vulnerabilidad que los hombres sin hogar. ¿Aquí hay alguien que dude de eso?”, se preguntó Rodríguez.
Para respaldar su posición, Rodríguez señaló que los estudios demuestran que las mujeres más pobres tienen más posibilidades de quedarse sin hogar y tienden a quedarse por más tiempo en relaciones abusivas.
“Así que no temo decir que la pobreza limita las alternativas de las mujeres y les hace más difícil escapar del ciclo de violencia, mejorar su estatus socioeconómico y trabajar en una serie de posibilidades que mejoren su calidad de vida”, afirmó la también trabajadora social clínica.
La violencia doméstica es una de las situaciones que pueden hacer que una mujer termine en la calle. “En Estados Unidos el 50 por ciento de las mujeres que están en la calle dijeron que están en la calle por violencia doméstica y, aunque en Puerto Rico dicen otra cosa, cuando tú les preguntas, el 92 por ciento de las mujeres reporta que han sufrido abusos físico y/o sexual”, declaró.
Acerca de las menores que también podrían considerarse que no tienen hogar aunque estén bajo la custodia del Estado, Rodríguez expuso que en estos momentos hay un debate entre la administración de Familia a nivel federal y el Departamento de la Familia estatal porque a ningún estado le gusta admitir que hay un menor sin hogar.
“¿Por qué? Porque hay todo un sistema de servicios sociales establecidos para decir ‘yo me responsabilizo, yo soy custodio, así que obviamente no me diga que está sin hogar porque está bajo mi custodia’”, explicó.
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