domingo, 22 de noviembre de 2009

Ellas Somos Nosotras

I

Cuando niña, Mamá me prohíbia estar sola en una habitación con hombres, que no fueran mi papá. No importaba que fueran tíos, primos o amigos de la familia. Antes de los cinco años, ya sabía dónde exactamente no se me podía tocar (“con excepción del doctor, si está presente mamá”). Era una niña pero aún así podía percibir que cosas malas pasaban fuera de la protección de mi hogar. Cosas que tenían que ver con violencia y con otras niñas como yo. Comencé a preocuparme.
Mujer embarazada es interceptada, mientras hace ejercicios, la secuestran, la violan y la asesinan

En el colegio católico aprendí sobre la prohibición religiosa del derecho al aborto. Pero vi cómo expulsaban a las chicas embarazadas, como castigo por publicar su sexualidad con una barriga. Veía muchos dedos apuntando, pero no ayudando. En alguna ocasión, hubo un mini escándalo porque el Colegio pretendía expulsar sólo a la chica embarazada y no al chico que la embarazó. Descubrí que existen dos varas. Discrimen. Supe que algo no andaba bien. Despertaba mi conciencia feminista.

Mujer es violada en estacionamiento público en el Viejo San Juan

En la Universidad, vivía en alerta. Escuchaba las historias de estudiantes violadas en pasillos o en el estacionamiento de la Universidad. No hubiera sabido a dónde acudir si me hubiese sucedido algún incidente violento. Escuchaba constantemente la voz de mi madre: “No confíes en nadie, Verónica”. Ansiaba tener gas pimienta en la cartera. En la Universidad también cimenté mi identidad como mujer feminista y eso ayudó a sentirme más segura, como si el hecho de reconocerme en desventaja por ser quien era, y luchar en contra de ello, me diera fuerzas para enfrentarme a lo que fuera. Pero, aún así, tenía miedo.
Varias mujeres son violadas sistemáticamente por dos hombres (uno gordo, el otro flaco) que entran a sus apartamentos.

En la Escuela de Derecho, escuché en boca de catedráticos chistes sobre la violencia hacia las mujeres. Legendario es el profesor que, para establecer un punto, hace referencias a cómo a una mujer la violaron no en contra de su voluntad sino "en contra de una mata de plátano". [Risas]. O el otro que a todas las mujeres las tilda de “resolutas” para no decirles “putas”. [Más risas]. Esos profesores, protegidos desde la autoridad y santidad de la Cátedra, son vistos con admiración por colegas y estudiantes. Me indignaba pero nada decía. Me sentía sola.
Violador en serie aterroriza a estudiantes en Río Piedras

Llegó mi adultez joven. Lejos de la protección materna y paterna, decido vivir sola en San Juan. Me reconozco como una víctima en potencia. Duermo con gas pimienta al lado de la cama. Fui a una armería para comprar una “taser gun”. No pude comprarla, al comprobar que sólo tenerla en las manos me hacía temblar. Cuando escucho alguna de las noticias de terror, que tan comunes se han puesto en Puerto Rico, duermo con un cuchillo al lado de la cama.
Hombre mata a disparos a su ex-esposa y balea al hijo de ambos.

No por nada algunas de nosotras le damos la dirección del chico que nos invitó a salir a nuestras amigas, “por si no aparecemos”. Lo decimos más en serio que en broma.

2 comentarios:

j dijo...

La direccion, la tablilla del carro y donde trabaja. Tenemos sistemas establecidos ya. Llamas cuando te recoge, llamas cuando llegas, si el caso es extremo, llamas cada par de horas.

En la Universidad, no iba sola ni a los baños, digo, particularmente a los baños.

Cuando me hospedé para ir a la Universidad, mi padre me dió un martillo y yo me le quedé mirando como y esto qué? El me dijo, muy solemnemente, para que lo pongas al lado de tu cama: defensa personal.

No me confio ni de pepper spray ni tasers gun, las conoci, que cuando intentaban defenderse, ellos lo usaban en su contra.

Y uno tiene que medir lo que bebe y no soltar el trago y ni del bartender fiarte.

Para salir te miras en el espejo y decides, que ruta vas a coger, si tienes que caminar, si pasas por una construccion, si vas a coger el tren, porque ya uno se cansa de no poder estar en paz ni para ir al colmado.

Verónica Rt dijo...

j
nos entendemos perfectamente. ves? no estamos solas.

gracias!!