lunes, 28 de septiembre de 2009

Nos asesinan de nuevo: Sasha Margarita

Asesinan a balazos a una mujer
Por José A. Sánchez Fournier / jose.sanchez@elnuevodia.com
No fue hasta que los agentes de la División de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de San Juan lo sacaron de las oficinas del Cuartel General para trasladarlo a la celda en el cuartel del precinto Hato Rey Oeste, que Neftalí Pizarro Pizarro mostró algún tipo de emoción ante el suceso por el que se le acusa: asesinar a tiros a su ex compañera sentimental, Sasha Margarita Serrano, y balear al vástago de ambos.

El ataque sucedió en la madrugada de ayer en el apartamento 13 del edificio tres, en el residencial Flamboyán, en Río Piedras, luego de que Neftalí y Sasha, quienes procrearon dos hijos -de nueve y cinco años, respectivamente- antes de separarse hace dos años, compartieran en una reunión informal de la vecindad. “Él estaba aquí tranquilo, compartiendo con Sasha y con nosotros. Estaba normal, bebiendo”, recordó sobre la noche del sábado Betzaida Ramos, vecina y amiga de la madre asesinada.

Neftalí no parecía ebrio, indicó la mujer, y otros residentes del complejo de vivienda que lo vieron esa noche.

“Aunque uno no sabe cuánto había bebido o cuánto él resiste el alcohol”, aclaró Betzaida.

Pasada la medianoche, poco a poco los vecinos se fueron a sus casas. Neftalí, un cocinero residente en Piñones, se fue al apartamento donde su ex esposa vivía junto a sus dos hijos y al hijo mayor de Sasha, de 12 años y fruto de una relación previa. A las 2:55 a.m., cuando el silencio arropaba al residencial, un estruendo sacudió la madrugada.

“Estaba to' tranquilo, y de repente se oyen los disparos”, relató Betzaida.

La ráfaga despertó a varios vecinos, quienes al asomarse por las ventanas para averiguar qué sucedía, vieron al hombre de 34 años saliendo del residencial a pie. Neftalí ya había abandonado la escena cuando vecinos descubrieron el cuerpo de Sasha en la cama de la recámara principal de su casa.

La mujer, de 29 años de edad, estaba muerta. Tenía cinco disparos en su cuerpo desnudo de la cintura hacia abajo. Cerca, estaba el niño de cinco años de edad, herido gravemente con sendos balazos en el cráneo, la clavícula y el pecho.

El otro niño de nueve años estaba presente cuando su madre y hermano fueron tiroteados, pero resultó ileso en el ataque. El hijo mayor de Sasha no estaba en la casa.

“'(El niño) era superapegado a su mamá. Pa' arriba y pa' abajo con ella”, indicó Bárbara Aquino, vecina de la madre de Sasha, y quien conoce hace años tanto a las víctimas como al presunto victimario. “Hasta dormía a veces con ella”. “No lo puedo creer. Parece mentira. Él nunca había sido violento”, dijo Bárbara, quien no podía asimilar el golpe emocional que le propinó la noticia. “Yo los conozco a los dos hace tiempo, y Neftalí nunca había sido así”.

Lo mismo le afirmaron a la Uniformada otros vecinos de la víctima, y la madre de Sasha, quien ayer tenía bajo su custodia a los dos niños que le sobreviven a la mujer asesinada.

A eso de las 11:00 a.m., mientras el personal del Centro Médico luchaba para mantener vivo al pequeño, su padre fue detenido en Piñones, donde se refugió tras el ataque.

Aparentemente bajo el efecto de drogas y alcohol, no cooperó con los agentes que lo interrogaron en el cuartel general. “No está responsivo, no está diciendo mucho”, indicó el sargento Luis Velázquez, supervisor de turno en el CIC. Según la investigación de Homicidios, dirigida por el sargento José Curbelo y el agente Orlando Rosado Picoreli, además de alcohol, Neftalí pudo haber fumado marihuana e ingerido pastillas no prescritas a él en las horas previas al incidente violento.

“Parece que ahora es que está saliendo del viaje”, opinó el sargento Velázquez Rodríguez, poco antes de que sacaran al sospechoso de las oficinas del CIC de San Juan para moverlo a la celda del cuartel de Hato Rey Oeste.

Neftalí salió con las manos esposadas detrás de su espalda y custodiado por los agentes. Durante su estadía en el cuartel, se mantuvo serio, sin mostrar emoción. Pero cuando llegó al ascensor del cuartel, comenzó a llorar sin consuelo, quizás comprendiendo por primera vez la gravedad de los hechos que se le imputan.

El asesinato de Sasha, sumado a otro ayer en Ponce, puso en 651 el número de muertes violentas ocurridas durante el 2009 en la Isla, 57 más que a la misma fecha en el 2008, según la Policía.

La anterior cifra incluye una docena de mujeres y un hombre, muertos a manos de sus compañeros o ex compañeros.

Aunque la pareja se había separado hace unos años, no habían roto del todo su relación, entiende la Policía, quien al momento cataloga el ataque como uno de motivación pasional.

Ayer, fiscalía estudiaba la evidencia recopilada, para entonces decidir si se acusaría formalmente al sospechoso.

En la escena se encontraron varios casquillos de bala, pero ningún arma de fuego.

En la intervención para detener a Neftalí tampoco se confiscó un arma. El hombre no tiene record criminal previo, de acuerdo a los archivos de la Uniformada.

Sasha aparece fichada en el 2008 y el 2009, por intimidación de testigos y por apropiación ilegal, respectivamente, indicó el teniente José Rivera González, del CIC de San Juan.

Al momento de su muerte se encontraba bajo supervisión electrónica del Departamento de Corrección y Rehabilitación, por lo que tenía un grillete electrónico.

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