miércoles, 4 de agosto de 2010

María del Pilar

Ayer le comentaba a mi madre que Maripily es como nuestra primera dama, o una de esas mujeres de la realeza que tanto acaparan la prensa internacional por sus amoríos y desvaríos. Todas/os en Puerto Rico sabemos quién es Maripily, y me consta que puede ser tema de conversación en la mesa de los más pobres y en la de los más ricos, en la de los menos educados y en la de los más intelectuales. Pero, en realidad, tanto mi madre como yo sabemos que Maripily no es ni la primera dama (aunque visto lo visto, tal vez nos convendría) ni miembra de la realeza europea. Ella es lo que es. Una mujer que desde muy joven , como modelo, ha explotado sus atributos físicos para lograr adelantar económicamente en la vida. Fue modelo del legendario y macharrán programa "No te Duermas". Hizo calendarios (siempre recuerdo uno en el que aparecía con un guineo estratégicamente ubicado). Creó un negocio de venta de ropa y mahones para mujeres. Se ha hecho famosa, no sólo por su físico sino por su personalidad y por dar respuestas un poco confusas a preguntas sencillas. Nuestra imaginario social, insular y jodido como es, la ha creado como una mujer supuestamente bruta. Y, como suele pasar en casos como estos , vivimos obsesionados/as con sus relaciones amorosas.

Maripily ha sido novia, amante y esposa. Y siempre rodeada de escándalos. Podría entretenerlos aquí con algunas de sus historias, según publicadas en los medios y corroboradas por ella misma (que, vamos, Maripily nunca se ha hecho de rogar demasiado para hacer expresiones públicas) pero no lo haré. Sólo haré referencia a la relación amorosa que me lleva a escribir hoy. Maripily se enamoró el ex-pelotero Roberto Alomar y se casó con él. La relación amorosa tenía todos los elementos necesarios para capturar la atención de los medios livianos y ni tan livianos. Después de todo, "Robertito" es (¿o era?) uno de los querendones de Puerto Rico, pues no sólo proviene de una familia destacada en el deporte sino que tenía imagen de ser un buen tipo, humilde y bien boricua. Sin embargo, las cosas no fueron fáciles para la pareja. Una demanda espantosa con la que se imputaban un sinfín de cosas al pelotero no pareció sacudirlos. Maripily, rauda y veloz, gritó a los cuatro vientos que la demandante era una embustera. Luego, silencio. Se retiró la demanda. De camino, la cantante Giselle, ex pareja sentimental de Alomar, publicó sus resultados negativos de una pruebas de HIV para dar fe de su salud. Eso provocó la esperada reacción hiperemocional de Maripily que, entre otras cosas, dio a entender que hubo infidelidades de parte de la cantante. Otra demanda, esta vez por difamación.

Y la pareja ahí, fuerte como roble. Hace no mucho llegaron a Puerto Rico, con vestimenta a juego, hablando de su gran amor; de cómo Alomar se había convertido en el padre del hijo de la modelo; y cómo serían felices para siempre.... hasta hace varios días.

Nos llegaron las noticias de que Maripily quiere divorciarse. Dice que ha sido víctima de violencia doméstica, que Alomar es una persona violenta, que en alguna ocasión agarró un cuchillo de la cocina y la amenazó, ella pensó que la mataría, que su vida con él ha sido un infierno, y que durante todo este tiempo estuvo fingiendo con la esperanza de que las cosas mejorarían.

Y por tratarse de Maripily, no han tardado los chistes, la broma, la incredulidad y los insultos. ¿Qué sucede? ¿Acaso por María del Pilar Rivera ser Maripily resulta que está inmune a la violencia machista? Todas las personas somos susceptibles a violencia, sobre todo, si somos mujeres. Eso lo sabemos. También sabemos que muchos hombres maltratantes lo son sólo con sus parejas, mientras que al resto de la sociedad dan la cara de hombres ejemplares. No hace poco la gente lamentaba lo buen tipo que era el asesino de Maribel Castrodad. ¿Recuerdan? Tanto así que tuvimos que tragarnos las esquelas en conjunto de la pareja, como si hubieran muerto juntos en un accidente de carro, y no porque el hombre mató a su esposa y luego se suicidó. En fin, cosas hemos visto en este país.

Además, si algo que me hierve la sangre es cuando se utiliza el pasado de una mujer para juzgar si es o no es cierto su reclamo de que es víctima de violencia. En este caso, nadie conoce a ciencia cierta si el episodio o los episodios de violencia doméstica se dieron o no. De ello se encargará el procedo judicial, si es que se da. Pero ayer cuando escuché el relato de Maripily me sonó a muchos otros tantos relatos de mujeres víctimas de violencia por parte de sus parejas. No tengo razones, entonces, para decir otra cosa que no sea la que suelo decir cuando escucho tales relatos:

Yo le creo a ella.

Las denuncias de violencia nunca deben ser motivo de burla. Vengan de dónde vengan.


1 comentario:

Anónimo dijo...

esta mujer que se hace llamar maripili se ha desacreditado ella misma el titulo de bruta le hace honor, que sea artista no le da derecho a danar la vida de los demas, es una buscona ,por estar detras de el dinero de los mas tontos que se deslumbran con sem ejan te moustruo ella termin a destruyendolos ,los hombres que se cuiden que esta buscona ,cualquiera de profesion saldra de alomar para buscar otra victima.ella es un a cualquiera son los hombres los que son victima de esta b asura llazmada maria del pilar.da verguenza que se diga llam ar victima.cuando la realidad es otra.ella no nos engan a.