martes, 25 de mayo de 2010
Bárbara J. Figueroa Rosa / Primera Hora
A casi un mes del macabro crimen de Ashley, una estilista transexual de Corozal, el país vuelve a revivir la tragedia con la muerte de Angie González Oquendo, quien fue torturada y asesinada por quien el padre de la víctima presume que era su pareja sentimental.
El fuerte hedor que se respiraba en la calle Boulevard Cristóbal Colón, en Caguas, fue lo que alertó a los vecinos para llamar a las autoridades, quienes encontraron el cuerpo en avanzado estado de descomposición.
Según la fiscal Cándida Sellés, el homicidio -cuya investigación incluirá el ángulo de crimen de odio- pudo haber ocurrido desde el viernes.
Fue precisamente ese día que familiares y amistades de “Angie”, cuyo verdadero nombre era Ángel y tenía 37 años, la vieron con vida.
“El viernes, ella fue al supermercado donde yo trabajo, me saludó y me dijo: 'papi, dame un peso'. Y yo se lo dí. Después de eso no la volví a ver”, dijo aún consternado por lo ocurrido don Ángel González Aponte, el padre de la víctima que fue encontrada totalmente desnuda, amarrada de manos, estrangulada con un cable eléctrico y con múltiples heridas punzantes en su cuerpo.
Lloroso, don Ángel dijo a Primera Hora que tanto él como los vecinos sospechan que el autor del crimen es la pareja sentimental de Angie, un hombre que describió como “un don mayor” que salía con su hija hace ocho años.
“Ese don nunca me gustó. Mi hija llevaba muchos años con ese don y se pasaba cogiéndole chavos. De hecho, fue él el que le pagó la operación para hacerse mujer. Yo sabía que esa relación le iba a traer problemas y se lo decía. Pero los hijos nunca escuchan a uno”, lamentó don Ángel al revelar que unos vecinos le habían comentado que habían escuchado a Angie discutir con su pareja.
“A pesar de todo era mi hija y yo la quería mucho. Ahora no sé cómo decirle que me la mataron a su mamá... es que mi esposa está bien malita del corazón”, dijo preocupado don Ángel, quien explicó que Angie había decidido mudarse sola hace cuatro años, a raíz de las diferencias que ambos tenían por sus preferencias sexuales.
Mientras, una empleada de la cafetería El fogón de Minga, negocio contiguo a la residencia de Angie, estaba en shock por el asesinato de la transexual a quien recuerda como “bien sociable, amable y alegre”.
“Cuando me lo dijeron, no lo podía creer. Ella se escuchaba discutiendo a veces, pero de ahí a que la maten, es otra cosa”, dijo Jaqueline Brito, quien vio a la víctima el pasado viernes cuando fue a comprar a su negocio dos refrescos.
Otra de las vecinas, Dulce Padilla, dijo que Angie era excelente persona y que le gustaba caminar por las calles del pueblo.
“Yo también la vi por última vez el viernes como a las 5:00 de la tarde. Estaba hablando desde la acera por la ventana de un carro con un hombre”, dijo, más no recordó el modelo o color del auto. Tampoco dio descripción del sujeto.
El director de Homicidios del CIC de Caguas, José Cruz, dijo que es “preocupante” que este tipo de crimen esté ocurriendo en la región y lamentó que si pasan casos de agresión y maltrato a homosexuales no se notifiquen a tiempo “y tengamos que esperar a un momento trágico como éste”.
Cruz aseguró que el CIC pondrá todo su esfuerzo por esclarecer el asesinato de Angie, tal como lo hicieron con los de Jorge Steven López (2009) y el doctor Elías Algarín (2007).
“Investigaremos hasta dar con el asesino”, aseveró al aclarar que es “muy preliminar” para identificar algún sospechoso.
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