miércoles, 19 de mayo de 2010

Otros sospechosos, además de su pareja, de la muerte de Sara

Diversos ángulos en asesinato a machetazos

viernes, 14 de mayo de 2010
Bárbara J. Figueroa Rosa / Primera Hora

La pesquisa para investigar el crimen de doña Sara Olmeda Sánchez, la mujer de 60 años que fue asesinada a machetazos en Juncos el pasado lunes, tomó un giro inesperado que involucra a otras personas que conocían a la mujer.

Inicialmente, la teoría de la familia -a base del testimonio de varios vecinos, quienes supuestamente escucharon a doña Sara gritando por auxilio-, giraba en torno a la pareja sentimental de ella.

En cambio, el director de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Caguas, Carlos Cruz, indicó que se investigan tres ángulos del asesinato que incluyen la teoría de los parientes.

“Lo de la pareja es uno de los ángulos y no se ha descartado. Pero, honestamente, eso ha sido suposiciones e inferencias y sí estamos investigando la posibilidad, pero sin descartar otras posibilidades”, dijo.

¿Los otros dos ángulos involucran a familiares?

No quiero dar detalles porque me puedo cerrar puertas. Pero, sí te digo que los ángulos que se investigan tienen que ver con situaciones circunstanciales que ocurrieron el día antes y que incluye a personas que ella conocía.

Dijo que como parte de la investigación se sometieron al Instituto de Ciencias Forenses unas piezas de evidencia para pruebas de ADN, que espera que ayuden a “que se pueda vincular cualquier sospechoso con el crimen”.

Este caso se remonta al pasado lunes cuando, a eso de las 9:00 de la mañana, un vecino de la mujer la encontró muerta en su residencia en el barrio Canta Gallo, de Juncos.

De inmediato, los familiares señalaron como posible autor de los hechos a la pareja sentimental de la señora, quien al momento no ha sido identificada por las autoridades.

Ese mismo día, el hombre fue entrevistado por agentes del CIC de Caguas. Sin embargo, negó cualquier vínculo con el macabro asesinato.

A doña Sara le sobreviven tres hijos. De hecho, una de ellos -Mariana Rodríguez- llegó el mismo fin de semana del crimen para reencontrarse con su madre, a quien no veía hace 11 años. Aprovechó el momento para presentarle a su hijo, Joseph Louis, de siete años, una criatura que doña Sara no tuvo la oportunidad de mimar.

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