viernes, 3 de diciembre de 2010
Mariana Cobián / Primera Hora
Sandra González Aquino está recibiendo terapias para tratar el daño que sufrió tras recibir un disparo en la cabeza por parte de su ex esposo, y sus hijos jamás podrán sanar la herida emocional de saber que su propio padre intentó matar a su mamá.
Por estos hechos, la jueza Elizabeth Linares Santiago, del Tribunal de San Juan, encontró causa para juicio contra Luis E. Pagán Rivera por tentativa de asesinato, por disparar contra la directora de Artes Gráficas de La Fortaleza, además de tres cargos por Ley de Armas y violencia doméstica en la modalidad de maltrato.
El juicio se citó para el 25 de enero de 2011.
La jueza llegó a dicha determinación después de escuchar a la abogada de la víctima y testigo presencial de los hechos, Ofelia Pando, quien ofreció el crudo relato de cómo el ex esposo de su clienta y amiga las “durmió” diciéndoles lo que querían escuchar, y luego la empujó y le disparó con un arma que sacó de una bolsa en la que supuestamente tenía regalos para sus hijos.
Pando relató que el 28 de septiembre pasado le prestó el salón de conferencias de su oficina en la avenida Piñero a Sandy, como le dicen, para que se reuniera con su ex esposo, de quien se divorció en 2009.
González Aquino le planteó que no supo de él por cinco meses y que la llamó, primero, para decirle que quería volver y, después, para indicarle que quería ver a los niños, de 9 y 11 años. Quería reunirse pero no frente a sus hijos, para plantear que se reuniera con psicólogos para restablecer las relaciones paternofiliares.
La abogada aprovechó para plantearle que debía más de $11 mil de pensión. Quedaron en establecer un plan de pago y Pagán indicó que pagaría $200 semanales.
La testigo declaró que el acusado se veía “tranquilo, tristón, como siempre”. En sala, se mantuvo cabizbajo y con los ojos cerrados.
Pagán les indicó que tenía unas flores para González Aquino y unos regalos para los nenes, bajó y regresó.
“Veo que le va a dar el paquete, pero la empuja contra la pared. Del paquete sacó el arma, de la bolsa plástica donde se supone estaban los regalos de los niños. Ella le gritó: ‘¡No, no dispares!’ y la tiró contra el piso. La cogió por el pelo y ella cae detrás de la puerta. Ella quedó boca abajo”, señaló Pando.
Ella y sus tres secretarias trataban de abrir la puerta del salón de conferencias, que tiene paredes de cristal, sin éxito.
A preguntas de la fiscal Gretchen Pérez Catinchi, la testigo dijo que Pagán se colocó encima de Sandy y le disparó “justamente encima de la oreja del lado izquierdo de la cabeza”.
El agresor se fue y Pando ayudó a Sandy, quien, “llorando, me decía que la salvara, que no podía morir, que tenía que cuidar a sus hijos”.
Paramédicos la llevaron al Centro Médico, donde tuvieron que intervenir quirúrgicamente, pero no pudieron extraer la bala. Se mantuvo en coma inducida por una semana y está bajo tratamiento.
A preguntas del abogado de defensa, José Rosselló, la testigo contestó “por supuesto” que el acto le tomó por sorpresa, pero que Pagán “estaba en control”.
“Una persona que sube normal, nos duerme diciendo que tiene trabajo, que va a pagar, que quiere tener relaciones con sus hijos, que le dice que le va a traer flores, fue para dormirnos para luego cometer el acto”, expresó Pando.
Los hermanos de la víctima estuvieron presentes y destacaron que la agredida está recibiendo terapias.
“Hasta ahora, estamos complacidos. Con lo que no estamos complacidos es con que esté en la calle”, indicó el hermano mayor, Américo, quien recordó que la fianza impuesta contra su ex cuñado fue de $400 mil y se la rebajaron a $35 mil, por lo que está libre con grillete.
En cuanto a los menores, indicó que “esto va a ser para toda la vida.
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