De manera consistente, he manifestado aquí mi apoyo a la esposa de Farinacci; a pesar de las bolas de humo ideadas por personas cercanas al representante o pagadas por éste, la única pregunta pertinente sigue siendo la misma: Farinacci, ¿amenazó o no a los padres de su esposa? De lo que se sabe públicamente, su defensa no ha podido presentar evidencia de indique lo contrario. Por eso se han dedicado a dañar la credibilidad y reputación de Liza Yajaira por cuestiones que no vienen a cuento, como eso de que mintió para obtener financiamiento para un vehículo.
Dicho todo lo anterior, hoy quiero centrarme en lo sucedido ayer en el caucus popular, el primero luego de saberse sobre las recomendaciones del informe. Resulta que los y las populares nada hablaron del informe, a pesar de que sabían que tenían el ojo público encima, y lo que es P E O R, mucho PEOR, es que le cantaron cumpleaños feliz a Farinacci , quien salió de la reunión con un bizcocho en la mano. Pero ¡que bárbaras, que bárbaros! No les da verguenza. A sabiendas de que la prensa estaba afuera, a ninguno o a ninguna se le ocurrió decirle, oye, Luis, no salgas con ese bizcocho en la mano que van a pensar que te estábamos celebrando. Ah no, pero a nadie le importó y el representante, que se ha hecho en un experto en relaciones públicas, salió fresco como lechuga, como si las acusaciones en su contra fueran cualquier cosa. Que verguenza ajena me dan todos y todas. Un poquito de naúseas, también.
Como si eso fuera poco, El Nuevo Día también reseña las palabras de la representante Silvia Rodriguez de Corujo:
" Farinacci tiene mi voto. ¿Cómo yo voy a soportar tantos años de violencia
doméstica y vengo a hablar después de 10 a 12 años?"
Ver reportaje de El Nuevo Día AQUI.
Esas palabras denotan tanta ignorancia e insensibilidad que en el día de hoy me comuniqué con el asesor legal de la representante quien sin mucha discusión aceptó que esas palabras eran terribles pero que.... "fueron sacadas de contexto" puesto que la representante tiene muy claro lo que significa el síndrome de la mujer maltratada. Independientemente, yo le dé credibilidad o no a la explicación de la representante , es importante que ella y el resto de la delegación estén claros que el caso Farinacci trasciende a Farinacci y a su esposa, y que representa una oportunidad única para demostrar su solidaridad, comprensión y empatía con las víctimas de violencia machista. Así, somos muchas y muchos los que estamos al pendiente de cómo manejan esta situación. Cualquier atisbo de solidaridad machista será señalado y condenado. Somos muchas las personas que no olvidamos y sabemos denunciar.
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