“Que se quede adentro y no salga”
Milly Méndez, EL VOCERO
Moraima Muñiz fue víctima del miedo y del silencio. Su mejor amiga desde la infancia, Teresa Flores Vargas, está anonadada y todavía no ha podido procesar que Moraima ya no está, porque fue asesinada por su pareja consensual hace unos días en la playa de Guajataca.
“Esto fue una sorpresa para mí y los hijos. Yo me enteré que dos de las hermanas sabían de la situación y en ningún momento se lo habían dicho al niño mayor. Se quedaron calladas”, explicó a EL VOCERO.
Su amiga de 39 años -quien estudiaba enfermería- mantuvo una relación sentimental con Modesto Tosado Nieves durante tres años y tenían sus problemas como cualquier pareja. De acuerdo con Teresa peleaban, se dejaban y volvían.
Teresa describe a Moraima como una madre única y ejemplar que desempeñó el papel de madre y padre para echar hacia adelante a sus cuatro hijos, quienes ahora pasarán a la custodia de su progenitor.
Su bondad se extendía a la comunidad, ya que “era una persona tranquila, amable, cariñosa con todo el mundo especialmente con los jóvenes. Ayudaba a quienes tenían problemas…en el pueblo de Quebradillas todavía no lo creemos”, explicó Teresa.
No sólo un pueblo la extraña. Sus hijos “están emocionalmente afectados”, indicó la paramédico al tiempo que explicó que el menor de 5 años le expresó: “‘Dito’, mami ya no está”.
A Teresa le duele mucho la partida de su amiga y más aún porque murió degollada a manos de un hombre. Ella conoce en carne propia lo que es ser víctima de maltrato físico y emocional por parte de una pareja. Hace 23 años, su primer esposo, con quien duró casi dos años, la agredía -sobre todo, cuando bebía. Pero luego de ocho meses oscuros, Teresa dijo “basta”. Buscó ayuda espiritual para sacar fuerzas y dejar ese círculo vicioso.
“Él me puso a mí una pistola en la cabeza y me había amenazado. Yo estaba embarazada de ocho meses”, relató esta víctima, quien para aquel entonces tenía 17 años.
Teresa, cada vez que se entera que una mujer ha sido asesinada por su pareja, se siente frustrada porque quisiera a través de su experiencia “exhortarle a las mujeres a que no teman y salgan de las relaciones de maltrato. Yo sufrí una agonía, yo sé lo que es eso”.
Esta paramédico no sólo fue maltratada por su primer esposo, sino que fue criada en un ambiente lleno de violencia. “Mi mamá me abandonó cuando yo era pequeña y me envió a vivir para casa de mi tía. Yo vi el maltrato que sufrió mi mamá, quien fue víctima de violencia doméstica”, contó. Sin embargo, en su familia era un patrón muy común, ya que sus tías también fueron maltratadas.
Las órdenes de protección, a juicio de Teresa, no protegen a la mujer y por eso tienen miedo. “Que no le den ningún tipo de fianza, que se quede adentro y no salga y que le den ayuda sicológica”, puntualizó Teresa con relación al verdugo de su amiga. Al narrar su historia a EL VOCERO, la mujer espera poder ayudar a otras que son víctimas del maltrato.
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