sábado, 16 de enero de 2010

El Neomachismo

Hace tiempo que no leía algo que tanto reflejara mi posición sobre el machismo contemporáneo. En Puerto Rico, hay que tener las cosas BIEN claras para atreverse, en estos días, a reclamar que una es feminista (así con nombre completo) y a exigir respeto para nosotras y las mujeres del mundo, desde la equidad de los géneros. Pero no nos detenemos. Ahí seguimos. Contentas y orgullosas, porque nos consta que Puerto Rico no podrá ser un mejor país si no se levanta sobre la equidad, la justicia y la paz de las mujeres.

Guiño especial a la autora por referir al asuntito de la lactancia. ;)


TRIBUNA: AMPARO RUBIALES

El neomachismo

AMPARO RUBIALES 15/01/2010


Nunca pensamos que cuando nuestra democracia se fundamentó, entre otros principios, en la libertad y la igualdad, nos iba a ser más difícil hacer a esta última efectiva y, sin embargo, el miedo a la libertad del que escribió Erich Frömm no era nada comparado con el miedo a la igualdad, más generalizado y resistente.

Se vuelve a demonizar el feminismo al hablar de revancha de género, resentimiento y dogmatismo

Los que defendían "los valores" de la sociedad patriarcal, aunque lo razonaran de muy diversas maneras, eran calificados de machistas. Empezaron a estar mal considerados y fueron disminuyendo "de boquilla" los que así se denominaban; pero cuando la igualdad se va haciendo más plena comienzan a formular nuevos argumentos que, supuestamente, no la cuestionan, pero sí su forma de ejercicio, con ideas que, en ocasiones, llegan a parecer incluso "razonables". Parecen distintas de las de siempre aunque, en el fondo, desean lo mismo: la subordinación de las mujeres.

Miguel Lorente, en su libro denominado Los nuevos hombres nuevos. Los miedos de siempre en tiempo de igualdad, sostiene que el género masculino ha urdido nuevas tramas para defender su posición de poder, y éstas se basan en los supuestos problemas que la incorporación de la mujer a la vida activa ha tenido, sobre todo, en el ámbito de las relaciones familiares. A esta nueva estrategia la denomina posmachismo, por haber nacido, dice, en el contexto de la posmodernidad, y por haber mantenido desde su aparición una cierta distancia respecto a las posiciones clásicas del machismo o del patriarcado.

Sin embargo, y aunque me parece absolutamente correcto todo lo que argumenta, creo que es mejor denominar a esta nueva forma de pensamiento como neomachista, porque, cada día más, se está transformando en una nueva ideología que se va extendiendo y que se caracteriza, precisamente, por tener miedo a la igualdad. Es una nueva manera de sostener las posiciones machistas de siempre, pero con nuevos discursos y nuevos contenidos. Nadie se llama hoy abiertamente, por ejemplo, fascista, pero es evidente que hay una nueva manera de serlo, y a éstos se les denomina neofascistas.

Los neomachistas equiparan el feminismo con el machismo, tratando de crear confusión en algo que no puede tenerlo, porque pretenden cosas opuestas: éste la primacía del varón y aquél la igualdad entre mujeres y hombres. La diferencia es tan grande que no merecería la pena ni explicitarla, a no ser porque el neomachismo intenta confundir, para poder mantener mejor sus nuevas posiciones, encaminadas, como siempre, a cuestionar los derechos de las mujeres, su autonomía y la independencia ganada. No cuestionan, dicen, la igualdad, pero sí las consecuencias de su ejercicio; están en contra de la violencia de género pero manifiestan con reiteración, por ejemplo, que hay demasiados casos de denuncias falsas, sin añadir que, si así fuera, se estaría cometiendo un delito que hay que denunciar, como en cualquier otro caso.

Hay algún juez que da miedo por las cosas que dice -no quiero ni nombrarlo porque es lo que le gustaría-, pero existen, desgraciadamente, demasiados -también alguna mujer- teóricos del neomachismo que surgen diariamente y que tenemos que desenmascarar como hicimos con los machistas.

Consideran la igualdad como una amenaza, pero no para ellos sino para las relaciones sociales, y lo exacerban en lo más extremo: la violencia de género. El feminismo siempre ha sido ridiculizado y hoy, con nuevas formas, lo vuelve a ser con fuerza. Así, hablan de revancha de género, de feminismo resentido, dogmático o radical, sin más intención que la de volver a "demonizarlo".

Son manifestaciones de ese miedo a la igualdad que los neomachistas tratan de extender de diversas maneras: Ninguno de ellos dice que essacralizan, por ejemplo, la lactancia materna, culpabilizando a las madres que no pueden practicarla; hacen responsables a las mujeres de los problemas de los menores, con la teoría del "nido vacío"; y del aborto ni hablemos, parece que es un capricho de algunas.Ninguno de ellos dice que está en contra de la igualdad sino que, por el contrario, afirman que somos las mujeres las que estamos haciendo una sociedad con graves problemas de convivencia como consecuencia directa de nuestra necesidad de ser libres e iguales. Nunca entendieron que sin igualdad la libertad no existe, y que aquélla o es real o no es igualdad, y la democracia las exige ambas.

Las mujeres siempre hemos tenido que alcanzar cosas con las que los hombres ya nacían; nos relegaron al mundo privado y hemos ido conquistando -con muchos años y esfuerzo- parcelas de lo público, pero llevando siempre a cuestas la vida privada. Los hombres, que tenían destinado como propio el mundo público, lo han mantenido, y su incorporación al otro mundo lo está siendo en mucha menor medida, de ahí las resistencias a la igualdad que perviven -pese a lo mucho que hemos avanzado- sobre todo en los países desarrollados, porque en otros muchos todavía siguen con el burka, símbolo de la mayor de las discriminaciones que padecen las mujeres.

Tenemos que acabar con todos los burkas del mundo, sabiendo hacer frente con la misma contundencia a los viejos argumentos y a éstos más sutiles del neo-machismo.

Amparo Rubiales es profesora de Universidad, abogada y consejera de Estado.

1 comentario:

Gabo dijo...

Sí soy un hombre, y estoy al 100% de acuerdo con la Señora Amparo Rubiales y esta es mi opinión personal:
Nada le ha hecho más mal a la humanidad que el patriarcado y su hijo el machismo depredador, opresor, asesino, misógino y dictatorial.
Muy cierto, la palabra machista después de mucha, muy larga y muy justa lucha feminista se convirtió en estigma pero eso para nada significa de manera alguna machismo esté extinto muchos se declaran no machistas pero no pueden ocultar el MIEDO inmenso a la TOTAL igualdad de genero. No están dispuestos a renunciar a sus "privilegios patriarcales" los cuales lo acepten o no han perdido y seguirán perdiendo gracias a la evolución de la sociedad hacia una humanidad mas igualitaria y equitativa. son para mi simplemente patéticos aquellos que pretenden tomar como caballito de batalla el tema de las "denuncias falsas" son ridículos hasta la lastima los cobardes que después de maltratar a sus compañeras posan de víctimas, eso no es otra cosa que neomachismo, eso es intentar dorar la píldora, eso es pretender rescatar el sacrosanto derecho masculino de golpear, violar, degradar, y esclavizar a las mujeres impunemente y con el beneplácito de jueces y jerarcas de la iglesia. Eso afortunadamente se está acabando, mis congéneres que no tengan la capacidad de cambiar de paradigma la pasaran muy duras ante una sociedad que no está dispuesta a permitir que se pisotee una ves más a quienes nos dan la vida.