Culpable por asesinato de abortista
Scott Roeder -quien baleó al Dr. George R. Tiller- podría ser condenado a la pena de muerte
Roeder admitió, bajo contrainterrogatorio, que él, tan temprano como en 1993, había pensado fugazmente enmatar al doctor Tiller y que desde 1999 comenzó a considerarlo seriamente.
WICHITA, Kansas - Les tomó ayer a los miembros del jurado 37 minutos para hallar culpable a Scott Roeder, un opositor al aborto, de asesinato en primer grado en la muerte de George R. Tiller, uno de los pocos médicos de la nación en practicar abortos en etapas avanzadas de embarazo.
Cuando se leyó el veredicto en el interior de la Sala del Tribunal del Condado de Sedgwick de aquí, Roeder, de 51 años, no tuvo ninguna reacción visible. Se quedó mirando fijamente hacia el frente, parpadeando. Se enfrenta a una sentencia de cadena perpetua en la cárcel.
Defensores del derecho al aborto alabaron el fallo, diciendo que envía un mensaje fuerte e inequívoco a los otros que creen que la violencia contra los médicos abortistas está justificada y les dice que tales actos serán castigados.
Mientras tanto, algunos opositores al aborto dijeron que Roeder -quien admitió en corte abierta haberlo matado, pero dijo que esta era la única manera como podía detener las muertes de bebés- no había tenido un juicio justo, y que el resultado lo único que podría hacer sería estimular más violencia.
Después del veredicto, los abogados del doctor Tiller emitieron una declaración a petición de su viuda, Jeanne, y de su familia.
En esa declaración, ellos dieron las gracias al jurado y a los fiscales y calificaron el veredicto de “justo”.
“Confiamos que George pueda ser recordado por su legado de servicio a las mujeres, por la ayuda que proveyó a aquellos que la necesitaban y por el amor y felicidad que él nos proporcionó como esposo, padre y abuelo”, decía la declaración.
Durante los argumentos de cierre ayer por la mañana, los fiscales describieron los disparos al doctor Tiller en su iglesia el 31 de mayo no sólo como un homicidio premeditado, sino como “un asesinato planificado” que había sido demostrado “no sólo más allá de duda razonable, sino más allá de cualquier duda”.
“Él alega justificación”, dijo Kim Parker, una fiscal, haciendo un llamado a los miembros del jurado para que hicieran prevalecer la ley, no los puntos de vista sobre el aborto de Roeder, que, dijo ella, él había pregonado con orgullo en el banquillo de los testigos. “Estos no son los actos de un hombre justificado. Estos son actos cobardes”.
Los abogados de Roeder habían solicitado la absolución. Mark Rudy, un defensor público, le dijo al jurado que Roeder había desarrollado sentimientos tan fuertes sobre su fe religiosa y contra el aborto que finalmente se sintió impulsado a dispararle al doctor Tiller, quien había realizado abortos por tres décadas y era un foco de controversia nacional. “Él llegó a creer que el daño a estos niños cada día era inminente”, dijo Rudy.
En su declaración de cierre, Rudy aludió al reverendo Martin Luther King Jr. y a otros temas contenciosos -tales como “la relocalización de estadounidenses nativos” y a las “purgas estalinistas en Rusia”- al hablar de las creencias de Roeder sobre el aborto. “Nosotros no les pedimos que dejen su sentido común en la puerta”, urgió a los miembros del jurado.
El veredicto se produjo casi con tanta rapidez como otro veredicto que se había emitido en esta sala, hace más de un año. Le tomó al jurado del Condado de Sedgwick menos de 30 minutos en marzo pasado para exonerar al doctor Tiller de 19 violaciones sobre delitos menores a la ley de abortos de Kansas -un juicio al que Roeder había asistido en algunas de sus partes, habiendo encontrado uno de sus resultados profundamente frustrante.
Unos pocos meses más tarde, Roeder asesinó al doctor Tiller.
“Él lo confabuló, él lo planificó, él lo llevó a cabo, un asesinato planificado”, dijo Ann Swegle, otra fiscal, ayer en los argumentos de cierre.
“Él les dijo a ustedes, he estado planificando matar a George Tiller desde 1999 -10 años de premeditación”, dijo Swegle. “El estaba convencido de que el doctor Tiller tenía que morir, y él iba a ser la persona que lo mataría”, dijo ella.
El jurado halló culpable también a Roeder de dos cargos de asalto agravado por apuntar un arma a otros dos miembros de la iglesia cuando trató de huir después del disparo.
Mirado intensamente por todos los lados del debate abortista, el juicio se convirtió precisamente en lo que el juez presidente había dicho desde el principio que no debía ser -un juicio sobre el aborto.
El jueves, cuando él subió al estrado para asumir su propia defensa, Roeder lució desapasionado también cuando dijo que él cometió el crimen.
Sí, el compró una pistola. Sí, hizo prácticas de tiro. Sí, se había enterado de los hábitos del doctor Tiller, de su lugar de residencia, de sus precauciones de seguridad. Y, sí, le disparó al doctor Tiller el 31 de mayo pasado cuando el médico se encontraba en el interior de su iglesia. “Esto es correcto, sí”, dijo Roeder al jurado, con voz calmada y desapasionada.
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