miércoles, 20 de octubre de 2010

Casualidades de la vida. O tal vez no.

En días en los que Puerto Rico debate temas como hostigamiento sexual, acercamientos no deseados y acoso sexual gracias a la vergonzosa conducta del legislador Jorge Navarro, a Virginia Thomas, la esposa de Clarence Thomas, juez del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, se le ocurre dejarle un mensaje de voz a Anita Hill para solicitarle una disculpa. Por poco se me salen los ojos ayer, cuando en medio de una actividad, vi la noticia en el teléfono de una amiga. ¿Por qué después de casi veinte años a Virgina Thomas se le ocurre comunicarse con Hill para una cosa como esta? Ese acercamiento (otra variante de los "no deseados"} deja ver, entre otras cosas, el tumulto emocional que el evento del 91' significó para Mrs. Thomas. Las compañeras, esposas o no, de hombres que salen a la luz pública como machistas bonafides no la deben tener fácil. Pienso en la esposa de Navarro también. Auch.

Muchas/os de ustedes recordarán todos los pormenores del fiasco Thomas/Hill, yo recuerdo muy poco, pues tenía 10 años cuando todo sucedió. Sin embargo, hace bastante tiempo me enteré en detalle sobre el asunto, así que cuando leo a Thomas, pienso en Hill y me pregunto cómo es posible que Thomas fuera confirmado, por un pelo, pero confirmado. Para quienes no lo sepan, Anita Hill fue la abogada que en las vistas de confirmación de Thomas testificó sobre los comentarios y actitudes sexistas a la que fue sometida por quien, en aquel entonces, era su jefe, primero, en el Departamento de Educación y , luego, en el Department of Education and the Equal Employment Opportunity Commission (EEOC), que es para quienes no lo sepan el organismo federal encargado de ejecutar las leyes federales que prohíben el discrimen, entre otras cosas, por razón de sexo. ¡Ja! Thomas, como ya dije, fue confirmado y siempre siempre y siempre ha negado las imputaciones de Hill. De igual manera, Hill siempre siempre y siempre ha sostenido que dijo y dice la verdad.

Aquí les dejo una parte del testimonio de Anita Hill ante el Senado de los Estados Unidos (por cierto, quien presidió la vista es Joe Biden, el actual Vice Presidente). En un interesante intercambio con un senador republicano, Hill tiene que explicar, una y otra vez, la diferencia entre instar una acción judicial por hostigamiento sexual y denunciar en foros no judiciales ni administrativos comentarios/acercamientos sexistas no deseados que pudieran constituir hostigamiento sexual. Elegí ese fragmento, entre tantos que aparecen en you tube, porque acá en Puerto Rico los dos o tres gatos (y gatas) que han pretendido defender a Jorge Navarro (incluyéndolo a él) levantaron el tontísimo argumento de que si la periodista se hubiera sentido acosada de verdad le hubiera hecho una querella. ¿Perdón? Las cosas no funcionan así. Muchas veces las mujeres elegimos ciertas batallas, y otras no. Instar una querella por hostigamiento o discrimen no es algo que se hace ligeramente. Hay otras que callan por un tiempo y hablan cuando tienen que hablar!




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