domingo, 18 de marzo de 2012

Confesiones sobrias pa'estas primarias...

Todavía no son las ocho de la mañana, pero los y las periodistas del país están en las redes sociales calentando motores. Hoy son las primarias de los dos partidos principales de Puerto Rico y eso les pone a gozar. Y no sólo a la prensa. Se siente en el ambiente feisbukero y tuitero una especie de frenesí. Se siente como si fuera la preliminar del Miss Universe. También se siente como si todas las noticias, chiquitas y grandes, sobre la política partidista que nos han acompañado por 3 años y 3 meses hoy tengan su primera catarsis.

Y yo no votaré.

Quienes no hemos nacido en cunas izquierdosas, con referencias constantes a la lucha por la independencia ni la de la clase trabajadora... podemos hablar de cómo la política bipartidista del país se puede convertir en una dinámica familiar más. En algún momento, existieron grabaciones de audio en las que la voz de mi amado padre amenaza con llamar a Romero Barceló y yo contestarle llorando "no, a Romero, no". O sea, en mi casa Romero era el cuco. (Eso todavía no ha cambiado). En fin, en el contexto familiar, votar no era sólo un deber cívico sino uno de amor y fidelidad al clan que conformámos papá, mamá y yo.

Pero la niña creció. De hecho, desde hace mucho tiempo vivo desencantada con la política partidista. En cuanto entré a la Universidad, descubrí mis fuertes inclinaciones hacia el socialismo, la soberanía de los pueblos y, por supuesto, el feminismo. Eso unido a que tuve la oportunidad de trabajar para una campaña política (de las importantes) cuando apenas tenía 19 años de edad ayudaron a darme cuenta a) que la política es mucho más que los partidos y, sí, es más que votar y b) que los partidos de Puerto Rico son muy decepcionantes.

Con todo y eso, movida por muchas razones, voté en primarias y en elecciones. No lo hacía de mala gana. Confieso que el relajo medio farandulero y de avivamiento casi pentecostal me convocaba lo suficiente. Mirando hacia atrás me doy cuenta que lo mío era un verdadero perfomance, con disfraces incluidos. En las elecciones generales votaba con miedo. Y en las primarias.... porque me dejaba convencer que ese era un primer paso importante para asegurarme que la papeleta del próximo noviembre fuera respetable. Pero, confieso, que la pepeleta de los noviembres siempre me resultaba que se quedaba demasiado corta. Votaba y después, la depre.

Hasta hoy.


Hoy son las primarias y no votaré. La política no partidista, mi activismo político, me ha permitido canalizar mi compromiso con Puerto Rico y me ha regalado las herramientas suficientes para no votar y saber porqué no voto. No estoy dispuesta a que se me imponga una afiliación a un partido en el que no creo. Mi partido es la justicia para todas las mujeres y sus familias. Por ello, seguiré caminando en la Ruta de las Mujeres de cara a las elecciones de noviembre de 2012...

2 comentarios:

Prometeo dijo...

Romero es un cuco.

Adelante y éxito.

Verónica Rt dijo...

Ciertamente! jaja