martes, 30 de agosto de 2011
Leysa Caro González / Primera Hora
Finalmente, el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) podrá analizar sobre 800 rape kits de víctimas de agresión sexual ante la vigencia de una ley que permite su análisis a pesar de la ausencia de un sospechoso.
La entrada en vigor de la Ley 252, desde el pasado 1 de julio, hace el examen de los rape kits, algunos con años sin ser analizados, una prioridad para el personal del ICF, explicó su directora, María Conte.
“Ahora vamos a cambiar la forma de operar, porque la tecnología y la legislación nueva nos permite actuar de otra manera...Vamos a estar entrando esos kits al sistema de Codis para buscar sospechosos”, señaló la patóloga forense sobre los rape kits, algunos bajo la custodia del ICF desde el 2003.
A través de Codis, una extensa base de datos creada por el Negociado Federal de Investigaciones (FBI), un investigador criminal puede saber si un delincuente ha sido vinculado a otras escenas criminales además de la que se está investigando en el momento.
El análisis será posible gracias a la Ley 252 que, junto a la Ley 253, a la adquisición de un moderno microscopio y a la contratación de seis peritos adicionales, crean una ofensiva para el esclarecimiento de los casos de agresión sexual.
Estas herramientas fueron presentadas por Conte y el secretario de Justicia, Guillermo Somoza, ayer en una conferencia de prensa en la que se detalló cada una de las ofensivas.
La Ley 252 parece ser una de las medidas más certeras del paquete de medidas sometido por la presidenta cameral, Jenniffer González. El estatuto, explicó Somoza, permite la radicación de una denuncia con sólo el ADN del sospechoso, aunque se desconozca su identidad.
Esto sería así en los casos en que la víctima se haya sometido al proceso de toma de rape kit y el Estado tenga en su poder el material genético del agresor no identificado. Ahí caen los rape kits que tiene en su poder el ICF.
“Vamos a estar entrando esos kits al sistema Codis para buscar sospechosos y para interrumpir la prescripción del delito”, sostuvo Conte.
La entrada de perfiles genéticos de ofensores a Codis aumenta además de manera exponencial, la probabilidad de identificar sospechosos en otros casos. “Cuando comencemos a entrar esos perfiles genéticos de esos kits de esas víctimas de agresión sexual donde no se tiene un sospechoso, probablemente dentro de ese banco vamos a encontrar esos sospechosos, porque son gente que han cometido otros delitos en el pasado”, explicó.
De hecho, gracias al sistema Codis, el ICF pudo identificar al menos tres muestras de material genético que involucraban a una misma persona, en este caso Efraín González González, mejor conocido como “Chewi”, el presunto violador de mujeres en complejos walk-up.
El mencionado estatuto, convertido en ley en diciembre por el gobernador Luis Fortuño, atiende además la preocupación de que el delito prescriba en un término de cinco años.
El término queda interrumpido hasta que se conozca la identidad del perpetrador y el Estado esté en posición de poder realizar el arresto, explicó el Secretario. “Las agresiones sexuales, como delito grave, prescriben a los cinco años. Aquí no tenemos problema de tiempo ni prescripción”, dijo en referencia a la Ley 252 y al mencionar varios casos en donde el ADN ha sido crucial para identificar al responsable del delito.
Mientras, la Ley 253 hace viable además que a todo individuo contra el que se encuentra causa para arresto por ciertos delitos graves se le tendrá que levantar material genético que también será almacenado en el banco de datos del laboratorio del ICF. “Es una ofensiva contra los criminales reincidentes”, señaló Somoza.
Algunos de los delitos en que resultará obligatorio el levantamiento de material genético son: asesinato, agresión sexual, actos lascivos, corrupción de menores, secuestro de menores, agresión grave, delitos relacionados con la pornografía infantil y delitos relacionados con el comercio de personas.
Más herramientas para el ICF
Conte anunció, por su parte, la adquisición de un microscopio para asistir en el esclarecimiento de los crímenes cometidos por agresores sexuales.
Se trata de un microscopio que utiliza la técnica de fluorescencia para resaltar la imagen del espermatozoide en las muestras de evidencia que analiza el Instituto. Este sistema agiliza significativamente el proceso de análisis porque permite una identificación rápida, clara y precisa.
“Anteriormente, éste era un proceso que se realizaba manualmente y tomaba unos treinta minutos, ahora toma de dos a tres minutos, por lo que esta técnica representa un avance importante”, señaló.
Junto a esto, está la contratación de seis peritos adicionales para el laboratorio de ADN para un total de ocho técnicos. La integración de este personal permite agilizar y optimizar los recursos en la investigación de estos casos y otros crímenes.
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