lunes, 20 de agosto de 2012

El día en que el NO fue la palabra más hermosa

Eran las 5:15 de la mañana y ya quería levantarme. La escuela Nereida Alicea queda a tres minutos de mi casa, pero la ansiedad no me deja dormir más. Mamá se levanta conmigo. El día anterior hice chistes de cómo ella era mi entrenadora. Luego de bañarme y desayunar,  caminé al colegio electoral. 

El trabajo de funcionaria de colegio nunca ha sido algo que me llame la atención.  Lo mío es votar y esperar los resultados, como una demente, frente a la tv. Pero esta vez sentía verdadero pavor de que el NO perdiera mediante fraude electoral. Así que escuché el llamado del Partido del Pueblo Trabajador y acepté un nombramiento como funcionaria. 

Cuando llegué al colegio, me encontré con tres "observadores" del Partido Popular.  Su decepción fue evidente. Y era que si yo no aparecía, ellos entrarían a ser funcionarios de colegio en propiedad. No me dieron pena. Luego llegó un compañero del Partido Independentista Puertorriqueño. Los últimos fueron los funcionarios del Partido Nuevo Progresista. 

Durante las siete horas que estuve en el colegio electoral (mientras éste estuvo abierto antes del escrutinio de votos) vi a la gente de mi barrio llegar, casi siempre de manera solemne y silenciosa, a ejercer su derecho al voto. Los más vocales fueron personas a favor del sí.  Lo más gracioso que me pasó fue cuando apareció una amiga de mi mamá quien, al reconocerme, me dice: "Yo estoy confundida sobre cómo votar". Y yo le contesto: "Bendito, Leonor, pero tú me vienes a decir esto a estas alturas.... no te puedo decir cómo votar pero bueno... el inspector te puede leer las instrucciones y explicarte las opciones..." Claro, decir eso para mí fue todo un reto pues el único inspector en el colegio estaba favor del sí. En fin, hasta allá fue Leonor con su cuento de que estaba confundida... y el inspector del PNP le explicó (muy bien, debo decir) las opciones. Cuando terminó de explicarle, Leonor seguía confundida. "Ok, ok, pero lo que yo quiero saber es dónde voto por el NO". No pude evitar sonreír.  El inspector penepé, completamente resignado,  le dijo.... "bueno, pues debe marcar aquí" y le mostró el cuadrito al lado del NO.  

La jornada con el colegio abierto pasó sin contratiempos.  En mi caso, fue un trabajo algo oneroso porque tuve que hacer todas las funciones electorales a la vez. Eso significó recibir las tarjetas electorales de las personas, procurar su firma en la lista, escuchar las instrucciones que daba el inspector a las personas votantes, velar porque se le diera la papeleta correcta y que las personas devolvieran los bolígrafos y depositaran las papeletas en las urnas.  No tuve oportunidad de descansar pero debo decir que los funcionarios y la funcionaria del PNP fueron buenos líderes, y no tengo nada malo que decir de ellos... excepto cuando todos recibieron un mensaje grabado de Luis Fortuño dándoles las gracias por ser funcionarios de Colegio.  Se rieron y mofaron, e hicieron sentir mal a los observadores populares. Pero, luego, más tarde cuando ya los resultados eran conocidos en todo Puerto Rico, volvió a sonar el teléfono de uno de ellos, quien, antes de colgar, sólo contestó: "No puedo hablar ahora". Cándidamente, pregunté con cara de alarmada "¿¿¿Le colgaste a Luis???". Entonces, fuimos otros quienes reímos. Ja. 

Cuando restaba una hora antes de cerrar le Colegio, comencé a ponerme muy nerviosa. Sentía el corazón a mil. Había reconocido a muchas personas, la mayoría con el No, pero algunas por el Sí. Y los funcionarios del PNP habían reconocido a un montón de personas también. Había mucho silencio, y yo estaba esperanzada pero cautelosa.  El último elector votó a las 3:05 pm.  Y rápido comenzamos la faena, cuya última etapa es contar votos.  Juntos sacamos papeleta por papeleta y las pusimos cara abajo sobre una mesa. En total, 368 personas votaron en mi Colegio.  Viramos las papeletas y comenzamos a contar.

El otro día escribí en Facebook que  hay algo profundamente hermoso en luchar por el bienestar común en circunstancias adversas. La última semana antes del referéndum fuimos testigos de cosas hermosas, mucha empatía y solidaridad, muchos abrazos en medio del temor. Y, de repente, yo estaba allí a punto de ver en qué terminaba todo.

El voto de cada papeleta se decía en voz alta para que un funcionario marcara un palito en la pizarra. Cada vez que yo escucha la palabra NO, me decía, ese NO viene de una persona valiente. Ese NO viene de una persona en resistencia. Ese NO viene de una persona que no cayó en la trampa de la manipulación. Ese NO viene de una persona que comparte sueños conmigo. El NO se había convertido en la palabra más hermosa. Y los votos seguían acumulándose, hasta que- al final- el resultado fue 55% de los votos a favor del NO en la enmienda a la reforma legislativa y 59 % de los votos a favor del NO en la enmienda al derecho a la fianza.  Sentí mucha alegría, sí, pero todavía no sabía que había pasado en el resto de Puerto Rico. Cuando me conecté al internet y vi que, en efecto, resultados parecidos se reproducían en prácticamente todos los colegios, el corazón quería salir de mi pecho. Y entonces.... pensé en mi familia y en el trabajo que hizo a favor del NO , ya fuera repartiendo boletines en la calle, como mi mamá,   o en las redes sociales, como mi compañero; pensé en todas las personas que hicieron actividades comunitarias para transmitir el mensaje, que hicieron pancartas, que marcaron sus vehículos con alusiones a favor del NO y escribieron escritos llenos de información valiosa; pensé en la empleada del restaurante de comida rápida que cuando me vio el pin en contra de la enmienda a la fianza, me dijo que lo quería; pensé en el niño que, en medio de nuestra caravana por el NO, se puso a leer la separata de CLARIDAD. Pensé en el Puerto Rico con el que sueño todos los días, y por primera vez en muchísimo tiempo, me dije: ese Puerto Rico es posible. 




3 comentarios:

Finca La Epifanía dijo...

¡Bella columna Verónica!!!

Amárilis

Edda dijo...

Hermoso, Verónica. Gracias por aportar; en este triunfo cada persona fue valiosa. Sí, ese otro Puerto Rico es posible. David cacheteó a Goliat.

Amarilis Tavarez Vales dijo...

wao!!!! el no fue la palabra mas hermosa! me has atado con tu post.un abrazo "noado" en la esperanza de un pueblo que piense y accione.