Una constante en muchas mujeres víctimas de
agresión sexual es que no iniciaron su recorrido por el proceso de
recuperación hasta que no volvieron a tener poder y control de sí
mismas.
En
conversación con NotiCel, Dayanara Marte, quién es sobreviviente de una
agresión sexual y fundó recientemente la organización In Bold Rebirth
en Nueva York, expuso que la mayoría de las víctimas de agresión sexual
primeramente están "sin voz" y "sin poder". El miedo y esa sensación de
impotencia en muchas instancias las hace permanecer en un círculo de
sufrimiento silente, que no sanará hasta que se sienta preparada para
externalizar y vivir ese dolor.
Durante un taller que Marte, quién también es directora ejecutiva de Casa Atabex Ache, ofreció en la Octava Conferencia Anual Sobre la Agresión Sexual que se efectuó el jueves en Wyndham Garden en Palmas de Mar en Humacao, ésta guió a las decenas de participantes -entre los que habían hombres y mujeres- a una meditación de auto sanación. Fue durante la meditación que varias participantes experimentaron un "desahogo emocional" y comenzaron a llorar.
Para Marte, lo primero que se debe preguntar una mujer víctima de agresión sexual es "dónde esta tu cuerpo", es decir sacar el trauma de su cuerpo, ya sea llorando, gritando o escribiendo.
Otra cosa importante, de acuerdo a Marte, es no permitir crear un pensamiento negativo sobre sí misma o desarrollar un sentimiento de culpabilidad. Y además es bueno que se integre a un grupo de apoyo a víctimas de agresión sexual para que le asistan en ese proceso de sanacIón.
De otro lado, Carmen Pérez, una sobreviviente de agresión sexual, narró su camino de recuperación luego de ser agredida sexualmente por su padre, su hermano y otros hombres.
Pérez desde los 4 años fue violada y sodomizada por su padre. Al ser removida a un hogar de crianza este patrón de agresión sexual continuó por parte de otros hombres desconocidos que visitaban la residencia. No fue hasta que a los 16 años su hermano también abusó sexualmente de ella, que finalmente "yo me defendí" y lo denunció.
Su camino ha sido largo durante este proceso de recuperación, pero aseguró que el grupo de apoyo al cuál asistió fue de mucha ayuda, pues sentía que se estaba viendo en un espejo.
Hoy dice que durante ese proceso tuvo que "romper con el miedo a ser tocada, aprendí a llorar, a saber cuáles era mis emociones y comencé a amarme a mi misma".
Y sentenció que ahora entiende que una agresión sexual "se puede superar, que no es necesario quedarse con el dolor".
Gran parte del problema a la hora de establecer cuál es el cuadro sobre las víctimas de agresión sexual en Puerto Rico es que pocas veces es denunciado.
Estadísticas de la Unidad de Delitos Sexuales y Maltrato a Menores de la Policía de Puerto Rico, que fueron facilitadas en la actividad establecen un aumento de 858 casos al comparar el año 2010 con 2011. En su mayoría el incremento se reflejó en los casos por actos lascivos, violación técnica y el articulo 142 (agresión sexual a menores).
Sin embargo, estadísticas del Centro de Ayuda a Víctimas de Violación del Departamento de Salud mostraron una leve disminución de 178 casos al comparar el año 2009-2010 con el 2010-2011.
Durante un taller que Marte, quién también es directora ejecutiva de Casa Atabex Ache, ofreció en la Octava Conferencia Anual Sobre la Agresión Sexual que se efectuó el jueves en Wyndham Garden en Palmas de Mar en Humacao, ésta guió a las decenas de participantes -entre los que habían hombres y mujeres- a una meditación de auto sanación. Fue durante la meditación que varias participantes experimentaron un "desahogo emocional" y comenzaron a llorar.
Para Marte, lo primero que se debe preguntar una mujer víctima de agresión sexual es "dónde esta tu cuerpo", es decir sacar el trauma de su cuerpo, ya sea llorando, gritando o escribiendo.
Otra cosa importante, de acuerdo a Marte, es no permitir crear un pensamiento negativo sobre sí misma o desarrollar un sentimiento de culpabilidad. Y además es bueno que se integre a un grupo de apoyo a víctimas de agresión sexual para que le asistan en ese proceso de sanacIón.
De otro lado, Carmen Pérez, una sobreviviente de agresión sexual, narró su camino de recuperación luego de ser agredida sexualmente por su padre, su hermano y otros hombres.
Pérez desde los 4 años fue violada y sodomizada por su padre. Al ser removida a un hogar de crianza este patrón de agresión sexual continuó por parte de otros hombres desconocidos que visitaban la residencia. No fue hasta que a los 16 años su hermano también abusó sexualmente de ella, que finalmente "yo me defendí" y lo denunció.
Su camino ha sido largo durante este proceso de recuperación, pero aseguró que el grupo de apoyo al cuál asistió fue de mucha ayuda, pues sentía que se estaba viendo en un espejo.
Hoy dice que durante ese proceso tuvo que "romper con el miedo a ser tocada, aprendí a llorar, a saber cuáles era mis emociones y comencé a amarme a mi misma".
Y sentenció que ahora entiende que una agresión sexual "se puede superar, que no es necesario quedarse con el dolor".
Gran parte del problema a la hora de establecer cuál es el cuadro sobre las víctimas de agresión sexual en Puerto Rico es que pocas veces es denunciado.
Estadísticas de la Unidad de Delitos Sexuales y Maltrato a Menores de la Policía de Puerto Rico, que fueron facilitadas en la actividad establecen un aumento de 858 casos al comparar el año 2010 con 2011. En su mayoría el incremento se reflejó en los casos por actos lascivos, violación técnica y el articulo 142 (agresión sexual a menores).
Sin embargo, estadísticas del Centro de Ayuda a Víctimas de Violación del Departamento de Salud mostraron una leve disminución de 178 casos al comparar el año 2009-2010 con el 2010-2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario