miércoles, 29 de febrero de 2012

Sobre el concierto de Katia Cardenal

Han sido muchísimas las notas sentidas y comentarios hermosos recibidos luego del concierto de Katia Cardenal en Puerto Rico. Tal como habíamos augurado, el concierto sirvió como punto de encuentro entre personas que se fajan a Puerto Rico, y también como una manifestación de la artista y de los presentes de un profundo amor... a la naturaleza, a la pareja, a la familia.... Para quienes tuvimos la buena fortuna de acompañar a Katia, Nina, Omar y Maché en tres días súper intensos podemos dar fe que lo que se vio en el concierto es producto de una entrega sincera y un compromiso firme con la música y el mejoramiento social. Nos prometieron soñar con otros mundos, y cumplieron.

Desde aquí quiero dar las gracias a todas las personas que abrieron sus corazones y oídos para una artista que no suena en las ondas fm del país pero que es una artistaza por dónde quiere que la mires. Gracias por confiar en una voz, en unas letras, en unos sentimientos. Gracias, gracias y gracias. Hasta la próxima.

Aquí les dejo una de mis notas favoritas sobre el concierto


Katia Cardenal, su concierto - POR CONSUELO GOTAY


No bajó del Niágara en bicicleta como Juan Luis, no había humo en la escena, ni ramos de flores. Dejó esperando a los modistas con su vestido de lentejuelas para la noche. Había tres mujeres en escena, no tenían el cabello planchado, ni plataformas rojas de seis pulgadas, tenían talento, gracia, calidez. Irradiaban belleza, solidaridad.

El gran tema del concierto fue el amor en todas sus manifestaciones y el respeto a la naturaleza. Era Katia Cardenal que llegaba a Bellas Artes de Puerto Rico acompañada por gente joven: su hija NINA CARDENAL , MARIA JOSE OCARINA que tocaba el cajón y la marimba y OMAR SUAZO, guitarrista. Ellos también le hacían los coros y nos anunciaban un país. Y ella, con una voz cuidada, expresiva, melancólica y sus amplios registros, nos abrió su corazón, nos contó historias, nos hizo cantar, se metió a su audiencia en el bolsillo.

Es evidente que estamos frente a otra clase de ser humano. Una mujer que por haber tenido educación, por haber pasado por la experiencia de la revolución sandinista, por el amor a su patria y a las patrias, por haber vivido en Noruega, por el lazo estrecho con su familia inmediata que se percibe como un clan; se nos presenta como un ser aplomado, enfocado, dirigido. Katia produce sus propios discos, apoya a gente joven talentosa, inspira con su presencia un camino claro a seguir. Como el escenario de su presentación en Bellas Artes. Pero sobre todo Canta, con mayúscula; no cualquier canción, nos abre su casa llena de sensibilidad, emociones, valores y esperanza.

Felicitamos a Benjamín Muñiz por traerla y Jorge Medina por su estupenda entrevista radial.

A veces podemos ver más claramente la luz cuando estamos en medio de la oscuridad.

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