por motivo del Día Internacional de la Mujer- 8 de marzo de 2011
Hoy las mujeres de Puerto Rico detenemos, por breves momentos, nuestros pasos decididos frente a este Centro Judicial para dirigir, desde aquí, nuestros reclamos a la tercera rama de gobierno , rama que también debe rendirnos cuentas a las mujeres del país.
Aunque nuestras luchas no pueden limitarse a lo que establezcan o dejen de establecer las leyes, históricamente, las mujeres hemos logrado demostrar que el campo del Derecho puede y debe ser utilizado como una herramienta de cambio social. Gracias a valiosas mujeres, han sido muchas las batallas ganadas. Por ello, hoy celebramos nuestros derecho a administrar nuestros bienes; nuestro derecho a trabajar sin ser hostigadas o discriminadas; nuestro derecho a una licencia con paga por maternidad. nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos; Pero no basta con lo que dice la ley. Lo sabemos.
En estos momentos de crisis, parecería que algunos de esos derechos que tanto sacrificio han costado están en riesgo de pérdida. Existen quienes se aprovechan del miedo y la incertidumbre, para manipular al sistema y pretender arrebatarnos lo que con tanto empeño hemos defendido. NO lo vamos a permitir.
Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, las mujeres que habitamos esta Isla exigimos a las juezas y jueces que conforman a la Rama Judicial que asuman su responsabilidad con apertura, sensibilidad, libre de ataduras, que interpreten el derecho de la manera más justa, velando siempre por proteger a las más vulnerables en nuestra sociedad. Exigimos también a nuestra Rama Judicial, la que también regula la práctica de la abogacía, que proteja a todas las instituciones que trabajan por el bienestar de las mujeres del país, como el Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico. El momento histórico requiere valentía de quienes tienen el privilegio de servir a este país. No es el momento para tener miedo.
Reclamamos que la Rama Judicial sea sensible a las causas de las mujeres; que eduque a sus juezas y jueces, funcionarias y funcionarios desde una perspectiva de género; que erradique, de una vez y por todas, el machismo de sus salas. Exigimos que cesen ya las historias de mujeres que no recurren a los tribunales por temor a ser victimizadas por el sistema. El proceso judicial debiera ser un espacio emancipatorio para las mujeres no uno de victimización.
Así, las mujeres de Puerto Rico
exigimos tribunales abiertos:
Cuando las mujeres maltratadas pretendan reivindicar su derecho a vivir en paz al procurar una orden de protección
exigimos tribunales abiertos:
Cuando las mujeres madres busquen garantizar el alimento, el techo, la salud y la educación de sus hijos e hijas en las salas de familia
exigimos tribunales abiertos:
Cuando las mujeres acudan para proteger sus empleos, cuando los pierden arbitrariamente y sin el debido proceso de ley
exigimos tribunales abiertos:
Cuando las mujeres activistas, ejerciendo sus derechos políticos, sean criminalizadas por denunciar la violencia machista
exigimos tribunales abiertos:
Cuando las mujeres abogadas reclamemos protección a nuestra nuestra libertad de asociación y defendamos al Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico de quienes pretenden destruirlo
En otras palabras, exigimos JUSTICIA para las mujeres de nuestro país. Lo exigimos hoy, en voz alta, y lo seguiremos exigiendo hasta que se nos escuche.
Con ese reclamo en alto, SEGUIMOS MARCHANDO.
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