martes, 25 de septiembre de 2012

En CONTRA de la pena de muerte

EDITORIAL de MUJERESENPR.COM

Como defensora de los derechos humanos repudio la desaparición física de Madelyn Semidey Morales y me solidarizo con su familia, en especial, sus padres Don Carlos y Doña Georgina, y sus tres hijas.  Las defensoras de los derechos de las mujeres conocemos, de primera mano, el dolor inmenso que siente una persona cuando ha perdido a un ser querido a causa de la violencia de género. A lo largo de nuestras vidas, hemos brindado acompañamiento a  familiares de víctimas, hemos salido a la calle para exigir justicia y hemos reclamado reiteradamente que el Estado cumpla con sus responsabilidades y deberes para proteger el derecho de las mujeres a vivir en paz.

De ese mismo compromiso con las mujeres surge también mi convencimiento de que no existe  una mejor manera de evitar los asesinatos de mujeres que no sea través de una ruta acorde con los derechos humanos : que exista educación no sexista, que los casos de violencia de género lleguen a los tribunales,  que se brinde apoyo institucional a las organizaciones que brindan servicios directos a las mujeres pobres o víctimas de violencia.  Desde los derechos humanos no valido que el Estado ejerza la peor de las violencias: quitarle la vida a otro ser humano- culpable o no de un delito.

Me satisface que, en esta ocasión, el Estado haya procurado enjuiciar a la persona que identificó como responsable de la desaparición de Madelyn. Me alegra que Madelyn no haya resultado una víctima más cuya muerte violenta termine en impunidad. Pero la pena de muerte no es un castigo justo, ni razonable, ni efectivo. Por el contrario, permitir que un ser humano sea ejecutado por el Estado haría de Puerto Rico un país aún más violento y, por ende, nos haría aún más vulnerables a las mujeres del país.

No estoy defendiendo al asesino de una mujer. Estoy alertando que repudiamos que se utilice el asesinato de una mujer para manipular la opinión pública y, peor aún, a las personas que componen al jurado que tal vez – como nosotras- están hartas de los asesinatos de mujeres. 

Porque creo y defiendo los derechos humanos de todas las personas, repudio la desaparición física de Madelyn, a la vez que denuncio la pretensión del Estado de imponer la pena de muerte como una manera de remediar lo que no pudo hacer : proteger a Madelyn.  Hoy, a la espera del veredicto del jurado, digo NO a la pena de muerte, digo NO a la impunidad y también digo BASTA YA de violencia contra las mujeres.

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