lunes, 23 de septiembre de 2013

Otro 23 de septiembre

Acabo de repasar una nota que escribí, justo el día después del asesinato político de Filiberto Ojeda Ríos, y me doy cuenta que un día como hoy, hace ocho años, ese evento cruel y criminal fue lo que verdaderamente me echó a andar en la ruta de los derechos humanos. "Que las lágrimas de hoy sean los motivos del futuro", le escribía a Filiberto... y lloraba, de verdad lloraba. 

Desde entonces, todos los 23 de septiembre, me remonto a aquella vez que mis padres me llevaron a saludar a Filiberto, cuando supuestamente nos podía observar desde la cárcel federal. Las personas le gritaban cosas hermosas, llevaban linternas para alumbrarle, yo era muy niña, así que no sabía que estaba pasando, pero sentí amor por él, tal como ahora lo siento por Oscar López Rivera. 

¡Hasta la victoria, con amor, siempre con amor!


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