Lei la noticia en facebook y rápido me conecté a twitter para directamente solicitarle confirmación de ella a los periodistas que la estaban difundiendo. La confirmación llegó a los pocos minutos: en efecto, una adolescente perdió sus piernas porque su pareja la embistió contra ella con su vehículo. Diciembre es un mes que nos causa temor a las personas y organizaciones que trabajamos para erradicar la violencia de género, porque aunque es un mes de celebraciones y algarabías la realidad es que también supone diversos momentos de tensión y expectativas fallidas que pueden generar mucha violencia. Después de la confirmación, di una entrevista telefónica para comentar la triste noticia y, al colgar, sentí algo que no me había sentido antes: una desolación y soledad tremendas. Quería llorar pero no podía. Las lágrimas, que tan fáciles se me dan, en esa ocasión no me salían. Sentía el pecho oprimido y quería darle atrás al tiempo para evitar enterarme de la noticia. Pero era tarde. No podía sacarla de mi mente. ¿Qué estoy haciendo para evitar esto?, era la pregunta que me atormentaba.
Desde ese día, he sentido una especie de terror de enterarme de cosas. Ya no compro los periódicos, y si los compro, los dejo tirados en el carro. Me entero de las cosas por facebook y por lo que a veces escucho en la radio am. No quiero dar entrevistas. O, al menos, no quiero darlas para comentar el horror. Tampoco estoy escribiendo tanto aquí.
Quiero y necesito hacer cosas, primero por mí, y luego por las demás.
En estas últimas semanas he dedicado todo el tiempo disponible a compartir y amar a mi familia, despedir a amigos queridos, vivir vicariamente un viaje espectacular que mi mejor amigo hizo por Italia, conoci amistades nuevas, por primera vez entrevisté a una artista que admiro mucho y visité varios pueblos de la Isla. El amor me ha rescatado.
He decidido de dejar de contar a las mujeres fallecidas a causa de la violencia de género pero seguiré, a través del blog, hablando de ellas y sus historias. El año pasado oficialmente casi 30 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas. Los números son importantes porque visibilizan la situación y explican porqué es imperativa una política pública que persiga erradicar la violencia de género. Por ello, seguiré apoyando a todas las personas que requieran información al respecto pero, al menos por un tiempo, no quiero fijarme en los números.
El proyecto que actualmente me entusiasma y me anima es el de la Ruta de las Mujeres. Me anima porque es un proyecto que pretende ser comunitario, amplio y de base. El primer taller lo realizamos en el Residencial Las Violetas de Vega Alta y fue excelente. Conocimos mujeres luchadoras quienes, aún con muchos problemas, quieren que su voz sea escuchada. Próximamente, el sábado 28 de enero a las 9 am, nos moveremos hasta Mayaguez, y así seguiremos haciendo talleres por todo Puerto Rico, escuchando, hablando, queriendo y comprometiéndonos con nosotras. Sé que una vez retome la Ruta... mis esperanzas alzarán nuevamente vuelo.
Desde ese día, he sentido una especie de terror de enterarme de cosas. Ya no compro los periódicos, y si los compro, los dejo tirados en el carro. Me entero de las cosas por facebook y por lo que a veces escucho en la radio am. No quiero dar entrevistas. O, al menos, no quiero darlas para comentar el horror. Tampoco estoy escribiendo tanto aquí.
Quiero y necesito hacer cosas, primero por mí, y luego por las demás.
En estas últimas semanas he dedicado todo el tiempo disponible a compartir y amar a mi familia, despedir a amigos queridos, vivir vicariamente un viaje espectacular que mi mejor amigo hizo por Italia, conoci amistades nuevas, por primera vez entrevisté a una artista que admiro mucho y visité varios pueblos de la Isla. El amor me ha rescatado.
He decidido de dejar de contar a las mujeres fallecidas a causa de la violencia de género pero seguiré, a través del blog, hablando de ellas y sus historias. El año pasado oficialmente casi 30 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas. Los números son importantes porque visibilizan la situación y explican porqué es imperativa una política pública que persiga erradicar la violencia de género. Por ello, seguiré apoyando a todas las personas que requieran información al respecto pero, al menos por un tiempo, no quiero fijarme en los números.
El proyecto que actualmente me entusiasma y me anima es el de la Ruta de las Mujeres. Me anima porque es un proyecto que pretende ser comunitario, amplio y de base. El primer taller lo realizamos en el Residencial Las Violetas de Vega Alta y fue excelente. Conocimos mujeres luchadoras quienes, aún con muchos problemas, quieren que su voz sea escuchada. Próximamente, el sábado 28 de enero a las 9 am, nos moveremos hasta Mayaguez, y así seguiremos haciendo talleres por todo Puerto Rico, escuchando, hablando, queriendo y comprometiéndonos con nosotras. Sé que una vez retome la Ruta... mis esperanzas alzarán nuevamente vuelo.
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