miércoles, 25 de enero de 2012

Camila Rodríguez Estrada “Desde chiquita he tenido estas ganas de luchar, un sentido de justicia”

Publicado originalmente en Claridad.

“La realidad es que yo no sabía nada de organizaciones políticas, lo único sí que desde chiquita he tenido estas ganas de luchar, un sentido de justicia, que mi mamá y mi abuela me inculcaban, de luchar por las cosas justas, las cosas buenas, claro desde la perspectiva de uno. No había ido ni a una marcha, ni piquete, aquí me pulí en la Universidad”


Camila Rodríguez Estrada
Foto por: Ita Venegas Pérez/CLARIDAD



Por Cándida Cotto

Publicado: martes, 24 de enero de 2012

Llegó al Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico en agosto del 2010, cuando el movimiento estudiantil estaba en su pleno apogeo, preparado para continuar con la huelga en contra de un aumento en los costos de matrícula.

“Rápido empecé a buscar foros, charlas, quería informarme porque yo venía de un colegio y lo único que escuchaba eran noticias explicando lo que era la huelga. Comencé a buscar y en un foro, La Universidad ante la crisis capitalista, conocí a la OSI (Organización Socialista Internacional), ahí me gustó lo que oí, la explicación y ahora estoy militando en la OSI y en el movimiento estudiantil”.

Camila Rodríguez Estrada, la joven arrestada por negarse a mostrar su identificación a guardias privados mientras se encontraba usando su computadora en un pasillo de la Facultad de Humanidades, no había asistido nunca ni a una marcha, ni a un piquete hasta que llegó a la Universidad, pero su preocupación por la justicia, por luchar por lo que considera justo, siempre le había sido inculcada por su madre y su abuela.

“La realidad es que yo no sabía nada de organizaciones políticas, lo único sí que desde chiquita he tenido estas ganas de luchar, un sentido de justicia, que mi mamá y mi abuela me inculcaban, de luchar por las cosas justas, las cosas buenas, claro desde la perspectiva de uno. No había ido ni a una marcha, ni piquete, aquí me pulí en la Universidad”, expresó la joven en entrevista con CLARIDAD.

El arresto de la estudiante de segundo año de la Facultad de Humanidades, ha levantado sorpresa e indignación tanto en la comunidad universitaria como en el resto del país. La solicitud de identificación responde a un nuevo plan de seguridad implementado por la administración universitaria del Recinto, que organizaciones como el Consejo General de Estudiantes (CGE) del Recinto, la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes (HEEND) y la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU) han denunciado que no ha sido aprobado por ningún cuerpo rector del Recinto.

En el momento en que llegaron los policías a interrumpirla estaba leyendo unos documentos de la OSI. Ya antes de sentarse en el pasillo se había negado a mostrarle su identificación a un policía. “Cuando me senté a bregar con la computadora fue que vinieron los tres guardias con el universitario a preguntarme otra vez por el ID. Había más gente, aunque poca, esporádica”, describió Camila. Antes de eso nunca se le ocurrió pensar “por qué a mí”.

“Me preguntaba por qué me están pidiendo el ID si esto es una universidad pública. Si viene un estudiante de la Vila Mayo, vamos a suponer, a utilizar la Biblioteca, y no tiene ID… me pareció irracional… y más yo como que soy estudiante siempre entro y nunca me lo piden, hay una política de “open campus”. ¿Pa’ qué quitaron las verjas y ahora vienen a pedir ID? Como que se contradicen en su discurso”, comentó la joven quien tuvo una participación activa en el proceso huelgario en el Comité de Acción de Humanidades.

Camila desmintió comentarios de algunos medios de comunicación de que el incidente fue planificado por la organización a la que pertenece. “Es absurdo pensar eso, que estuvo pensado, no hubo ningún plan”, reiteró.

¿Tuviste miedo en algún momento?
“No, al momento del arresto no tuve miedo de la situación como tal. Yo sabía que no estaba haciendo nada malo, solamente estaba protegiendo mis derechos. En ningún momento sentí miedo por esa parte. Ya cuando me arrestaron, ahí es que uno empieza a preguntarse por qué…”.

El asunto es mucho más que un arresto. La joven estuvo detenida por once horas y fue acusada de obstrucción a la justicia y alteración a la paz. La vista preliminar está pautada para el próximo 8 de febrero a las 8:30 de la mañana en el Centro Judicial, en Hato Rey. Ese día se llevará a cabo un piquete frente al Tribunal mientras transcurre la vista.

Como joven, ¿cuál fue tu experiencia de la participación en el proceso huelgario?
“La realidad es que siento que el haber participado en el movimiento estudiantil me sirvió a mí a crecer, crecí como persona, no tienes idea. Políticamente, como persona, uno va cogiéndole más cariño a las causas justas, haciendo nuevas amistades con personas que recibimos macaneos juntos, uno crece, uno aprende un montón”.

¿Cuáles dirías que son las aspiraciones del movimiento estudiantil?
“Creo que como movimiento estudiantil a lo que nosotros aspiramos es a una educación de excelencia, una educación de calidad, una educación gratuita y no una educación de mercado, ni colonial. No una educación que responda a los intereses de las compañías privadas, sino una educación que responda a los intereses del pueblo, de la clase trabajadora, de los pobres, no de las compañías privadas que dan fondo a la Universidad”.

De baja estatura, delgada, amplia sonrisa, Camila acepta que siempre quiso entrar al Recinto de Río Piedras de la UPR. De hecho, contó que tuvo la oportunidad de ir a estudiar con beca a la Universidad del Sagrado Corazón (USC) al ganar una Mención de Honor en materia de Estudios Sociales, en una competencia del periódico El Nuevo Día, conocida como Los duros en la materia. “ Pero no la acepte, yo quería entrar a la UPI, porque veía esa sinceridad en el movimiento estudiantil, veía sinceridad en su lucha de que estaban haciendo algo justo, tratando de darle algo a la gente que no tiene educación”.


¿Te ha llenado lo que has aprendido en este recinto?
Sin dudarlo responde: “Sí, me he topado con profesores excelentes. Por ejemplo, el primer semestre de mi primer año me topé con Vickie Muñiz, mi profesora de Ciencias Sociales, que es una profesora excelente, me llenó mucho, me abrió los ojos. De hecho, ella fue parte de este proceso de mi crecimiento en el movimiento estudiantil porque ella en su clase le da a uno contexto social de lo que es la lucha del movimiento estudiantil, las integraba a sus clases. Me he topado con profesores excelentes”.

¿Cuál consideras debe ser el papel de la juventud universitaria en estos momentos en la UPR y en el país?
“Creo que debemos ser la esperanza, la esperanza para el futuro. Yo creo que si nosotros nos planteamos luchar por una educación que no responda a los intereses del mercado, sino que responda a los intereses del pueblo, creo que vamos por buen camino. Por ejemplo, uno de los problemas que más afecta al país es la criminalidad y la criminalidad no se resuelve con la mano dura, hay que resolverla apostando a la educación. Ahora mismo Fortuño hizo estructuras nuevas, las escuelas del siglo 21, pero de qué te vale hacer estructuras nuevas si la educación va a seguir siendo la misma, la educación va a seguir respondiendo a los intereses del mercado y no a los del pueblo. Es como una contradicción y por eso los estudiantes tenemos que dar la lucha y no solamente los estudiantes, profesores, empleados, trabajadores, todos por la educación. Para mí, es uno de los pilares fundamentales para levantar un país”.

La estudiante activista que se prepara en Historia de las Américas, comentó que le llama la atención del movimiento estudiantil de Chile, las grandes movilizaciones de estudiantes y su radicalización. “Los estudiantes están bien comprometidos con su lucha. En su discurso tú ves las grabaciones y a cada uno que le preguntan, todos tienen la misma línea, no queremos educación de mercado sino adecuada a nuestros intereses, a los intereses del pueblo, están dispuestos a hacer lo que sea por defender su educación, lo que sea”, reafirmó con admiración.
La estudiante de 19 años aspira alcanzar su bachillerato en Historia de las Américas con una certificación de maestra “para luego desempeñarme como maestra en escuela pública o privada para tratar de poner mi granito de arena en el sistema de educación, que lo más que le falta es educación”.

Camila reconoció que a la mujer que más admira es a su abuela, María Delgado, a quien describió como a una mujer luchadora que pudo sacar a su familia hacia delante y criar a sus cuatro hijos. “Me ha inculcado este sentido de luchar por lo que yo creo y por un mundo mejor, es la mujer que yo admiro”.

Sobre el año que comienza dijo “espero que este año sea uno de lucha, que podamos resistir los embates de este gobierno y sea uno para luchar por nuestro país”.

1 comentario:

Edxavier Roberto dijo...

Sigue asi Camila, no te dejes amedentrar. La Universidad debe ser publica y gratuita y lo que quieren es privatizarla.