Movimiento Amplio de Mujeres reclama un sistema de educación pública
que fomente el pensamiento crítico y los valores de equidad
San Juan, Puerto Rico, 20 de mayo de 2009- “Un Secretario de Educación que fomenta la desigualdad y violenta impunemente la separación de iglesia y estado le falla a nuestro país y borra de un plumazo siglos de luchas para evitar la opresión fundamentada en principios religiosos” expresaron hoy líderes del Movimiento Amplio de Mujeres de Puerto Rico (MAMPR). Estas expresiones se dieron como reacción a la carta emitida por el Secretario de Educación, Carlos Chardón, en la cual se instruye a las maestras y maestros para que utilicen ocho de los diez mandamientos de la tradición judeo-cristiana al celebrar los cinco minutos de reflexión impuestos en las escuelas.
Según el MAMPR, la estrategia de incluir en la carta a un teórico ateo, es un intento de crear la falsa impresión de que los valores religiosos que se están imponiendo en las escuelas son valores universales. “Alfred Stern, el pensador a quien alude el Secretario, no ha sido acogido como el ideólogo de la filosofía educativa de Puerto Rico, por lo tanto, utilizarlo como base para justificar el uso de ocho de los mandamientos, violenta principios del quehacer educativo en un contexto democrático: la deliberación ponderada de ideas para la toma de decisiones y la fijación en una tradición religiosa en el fondo sectaria”, expresó la Dra. Loida M. Martínez Ramos, integrante del MAMPR.
El MAMPR afirma que la separación de la iglesia y el estado es una ganancia en la historia de la humanidad y que el período de reflexión tal y como ha sido planteado por el Secretario de Educación y el Gobernador Luis Fortuño es una transgresión a un principio vital para mantener una sociedad democrática. “La democracia es laica” afirmó una de las portavoces, la Lcda. Amárilis Pagán Jiménez. Ésta añadió que el proceso de formación de niños y niñas para una sociedad de equidad, justicia y libertad no puede estar viciado por las creencias religiosas particulares de quienes están en el poder político en este momento. “Ni ahora ni nunca debe permitirse este tipo de transgresión a nuestras normas constitucionales. Las personas que redactaron nuestra constitución sabían muy bien lo que implicaba permitir la intromisión religiosa en asuntos de gobierno: la imposición de valores morales individuales y la anulación de un pensamiento crítico y de liberación.” expresó Pagán.
La escuela, como espacio para el desarrollo de las capacidades humanas de nuestras niñas y niños, no es lugar para dogmas ni para fundamentalismos –políticos o religiosos- sino para el libre fluir de ideas en el marco de la democracia. El argumento de que estudios sociales y educación física se usan para fines proselitistas es una total falacia. Estas son disciplinas no sectarias cuyos contenidos pueden validar la preeminencia de escuelas de pensamiento como toda disciplina.
En su carta del 6 de mayo, el Secretario alude a los ocho mandamientos y presume que toda persona que lea la carta los conoce. Esa presunción revela un pensamiento según el cual la cultura occidental es cristiana y además, la única cultura o línea de pensamiento válido. Sus argumentos en cuanto a la voluntariedad para utilizar los mandamientos, y el uso de prudencia y honestidad en el proceso, levantan serias preocupaciones que deben tener presentes las madres y padres con hijos/as en escuelas públicas. Por ejemplo, ¿quién define los límites de la prudencia y la honestidad y qué niño o niña se atreverá a levantar sus objeciones cuando se le impongan ideas religiosas ajenas a sus valores?
“El propio secretario admite la posibilidad de que algunas personas usen mal los cinco minutos. Sin embargo, no establece mecanismos para supervisar de manera efectiva el espacio de tiempo y garantizar la libertad de religión y la separación de iglesia y estado incluidas en nuestra constitución” expresó Alana Feldman Soler, otra de las portavoces del MAMPR.
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