lunes, 25 de noviembre de 2013

El doble asesinato de Ivonne


 “Ella seguía usando las cosas pero no quiso cumplir con su parte, así tú lo ves.”“Ella usaba la droga, usaba el dinero y después no te correspondía.”
Palabras del periodista Luis Guardiola en su entrevista al asesino confeso de Ivonne Negrón Cintrón

A una semana del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, cientos de personas nos movilizamos, tanto en la calle como en las redes sociales, para hallar a Ivonne Negrón Cintrón.  La situación me recordó que hace un año estábamos en las mismas por el joven José Enrique Gómez Saladín.  Al igual que en el caso de José Enrique, la búsqueda me tocaba cerca.  José era un ser querido de una amiga e Ivonne era la hermana de una amiga y compañera del movimiento de mujeres.

Temprano en la mañana del lunes llegó la triste y horrible noticia, comunicada por la propia hermana de Ivonne.  Los detalles, macabros y dolorosos, llegaron después. Ivonne, de desaparecida pasó a ser la víctima más reciente de la ola machista que arropa a Puerto Rico. La frustración no fue poca. He crecido dentro del activismo feminista muy cerca de la mano de Leila, hermana de la víctima; guerrera incansable por la justicia, musa desnuda, activista multada por pintar un mural, ahora coordinadora de vivienda transitoria en Proyecto Matria y una de las compañeras que más admiro en el mundo.

Pudiera utlizar este espacio, como hice cuando el asesinato de José Enrique, para buscar consuelo en usted que me lee; para invitarle a la reflexión; o para invitarle a que no deje de caminar la ruta de los derechos humanos.Sin embargo, esta vez quiero hablar sobre la necesidad de agarrar el toro por los cuernos en cuanto a la cobertura mediática que nuestros principales medios de prensa realizan sobre el fenómeno criminal y, específicamente, los crímenes de odio y género. Ya en otra ocasión lamenté que se refirieran a mi vecino, también asesinado, como un mero sujeto, pues esos clichés periodísticos no se justifican cuando sabemos el nombre y el apellido de la víctima.

Ha llegado la hora de que nos unamos para exigirle a los medios que inviertan recursos y esfuerzos para adiestrar a todos sus empleados y empleadas, en especial a los que van al aire,  sobre la manera correcta de trabajar la violencia en el país. Es injustificable  que por obtener una primicia se explote lo peor de una persona, sus prejuicios y odios, como hizo desafortunadamente Luis Guardiola en su entrevista del asesino confeso de Ivonne. Tampoco se justifica darle trato de “estrella de la hora” a un hombre que evidentemente se sintió y se siente validado para cometer un asesinato porque una mujer no se quiso acostar con él, cual si fuera su propiedad; cual si fuera una cosa sobre la cual podía ejercer el poder desnudo de la violencia. Mucho menos se justifica que el periodista le ponga palabras en su boca; le termine las frases; le regale el “pie forzao” para botar su odio. Más que un periodista, parecía un abogado interrogando a su propio cliente. El valor “noticioso” de dicho intercambio es cuestionable. Después de que se silencia para siempre a un ser humano, lo fácil es hablar por él; arrastrar su reputación; lastimar a sus seres amados, sólo para que la sociedad vea a sus muertos en su peor luz. No veo otro valor noticioso en tal situación que no sea que nos resta mucho trabajo por realizar para sembrar semillas se sensibilidad y solidaridad. De hecho, me consta que cada cierto tiempo colectivos que trabajan desde la perspectiva de género realizan talleres para periodistas. Pero los recursos son limitados. Así como los patronos en Puerto Rico están obligados a asumir una política en contra del discrimen, es imperativo que la asuman la perspectiva de género en sus trabajos. El llamado cuarto poder también tiene responsabilidades con el país, que van más allá de proveer información.

Nadie niega que la vida es compleja. Nadie niega que todas y todos podemos estar, en determinados momentos, en situaciones de vulnerabilidad. Precisamente por eso, los colectivos de derechos humanos reiteramos una y otra vez que no existen víctimas culpables y tampoco víctimas inocentes. Nadie tiene derecho a arrebatarle la vida a otra. El odiante siempre encontrará razones para su odio.[1] Pero queda en nosotros y nosotras, las personas que respetamos los derechos humanos,  contribuir a contener ese odio. No existe excusa válida para prestarle un micrófono a un asesino confeso para que “asesine” a su víctima nuevamente.  

En otros países, existen medios que tienen códigos autorregulatorios; existe también un manual de géneros para periodistas con recomendaciones básicas para el ejercicio del periodismo con enfoque de género, que Proyecto Matria circuló entre los medios la semana pasada.  Me pregunto: ¿quiénes lo habrán leído?

Reconozco que existen medios y, sobre todo, periodistas sensibles, que se preocupan por educarse sobre el tema. Destaco  la cobertura que de la tragedia realizaron Waldo Covas y Manuel Ernesto Rivera para Noticel,  Zugey Lamela de Univisión, y Arys Rodríguez Andino de Primera Hora. En todos esos casos se preocuparon por informar de manera respetuosa y desde los ojos de quien ya no podía defenderse. Sin embargo, hace falta mucho más, pues esto es un asunto medular de nuestra vida como sociedad que no puede depender de que el jefe de noticia le asigne la historia al periodista que sabría como trabajarla mejor.  Esto debe ser un compromiso institucional, que no se limite a un editorial cada cierto tiempo.

Hoy 25 de noviembre, Día Internacional de No más Violencia Contra las Mujeres, en Puerto Rico las mujeres iremos al Tribunal Supremo para denunciar su machismo y entregarle el Permio Garrote  por negarle el derecho a la adopción a una madre lesbiana; más tarde estaremos en un piquete en la Fortaleza para denunciar la violencia machista. Y en la noche nos uniremos en una vigilia por Ivonne Negrón Cintrón y todas las víctimas de violencia machista en la Plaza de Armas del Viejo San Juan.  Queda en agenda trabajar un plan de acción que garantice una cobertura mediática justa y respetuosa de todas las víctimas de violencia machista en Puerto Rico. Como bien dijo la compañera Shariana Ferrer del Movimiento Amplio de Mujeres en entrevista con Suheil Lamela, la tan mencionada perspectiva de género no es sólo deber del Estado, que espera ser implantada en las escuelas. Otras instituciones vitales para nuestra vida en democracia como la Prensa tienen el deber social de educarse y no contribuir al machismo imperante que todos los años nos arrebata la vida de decenas de mujeres.  Se lo debemos a Ivonne; se lo debemos a todas. Ya es hora. Es tiempo.


[1] Léase “Las razones de Amador” de Anayra Santori.

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