Hoy amanecimos como noticia de portada la destitución, que el Tribunal Supremo ayer hiciera, de un juez por actos de violencia machista. Recibimos con beneplácito la noticia aunque siempre nos cuesta mucho enfrentarnos con relatos de terribles actos de violencia de una persona contra su pareja.
No nos sorprende que un juez sea capaz de tremendos actos de violencia, pues sabemos que la violencia de género no discrimina por clase social, económica y/o profesional, pero esta historia de terror no deja de impactar y entristecer.
Felicito no sólo al Tribunal Supremo que tomó la firme decisión de desaforar a Reinaldo Santiago Concepción sino también a las y los funcionarios de la Rama Judicial que trabajaron en la fase investigativa de la querella, al comisionado especial designado y, muy en especial, al colega Federico Rentas, director de la Sociedad para la Asistencia Legal, por brindar apoyo a su empleada, sobreviviente de la violencia de Santiago, y referir la conducta del ahora ex-juez a la Oficina de Administración de los Tribunales. Gracias a todas y todos.
Comparto: un meme que circula en las redes y que me parece importante, la nota de Oscar Serrano para Noticel, y un enlace, también de Noticel, a la resolución del Tribunal Supremo.
Espeluznante relato de un juez abusador y "periquero" (documento)
Por: Oscar J. Serrano
Publicado: 22/08/2013 03:15 pm | Actualizado: 22/08/2013 04:26 pm
El Tribunal Supremo de Puerto Rico destituyó al Juez Superior Reinaldo Santiago Concepción de su cargo y lo desaforó del ejercicio de la abogacía, tras una investigación que probó un espeluznante patrón de violencia física y psicológica contra su esposa en episodios muchas veces marcados por el uso de alcohol y cocaína, así como que matizados por un sentimiento de impunidad debido a su cargo público.
Además, el Supremo refirió su conducta al Secretario de Justicia para la investigación y acción correspondiente, informó la Oficina de Administración de los Tribunales (OAT).
La Opinión emitida por el Tribunal Supremo en este caso es el resultado de una investigación iniciada por la OAT tras una querella que el director de la Sociedad de Asistencia Legal (SAL), Federico Rentas Rodríguez, sometió contra el juez, ya que la víctima es una abogada de la SAL.
La opinión del Tribunal Supremo consta casi enteramente del resumen de la prueba que se levantó contra el juez durante el proceso de querella administrativa, y pinta un cuadro de abuso crudo y hasta repulsivo en el que también se manifiestan los bajos niveles a los que pueden llegar las vidas privadas de los que reciben el poder sagrado de impartir justicia.
Según la prueba, Santiago Concepción, siendo juez, visitó puntos de droga varias veces para comprar cocaína, golpeó en público a su esposa en incidentes que fueron hasta grabados por testigos con sus celulares, mintió a médicos para encubrir el origen de las heridas que reflejaba su esposa, le controlaba su vestimenta al punto de meterse con ella en los probadores de las tiendas, le retenía su salario, y la dejó sufrir de golpes, fractura de costilla, y heridas abiertas sin llevarla a recibir atención médica de urgencia. También, la sometía repetidamente a insultos relativos a su raza, su apariencia física, su origen social, y su profesión.
La prueba refleja también el nivel de pérdida de control propio al que puede llegar la víctima de violencia doméstica ya que el abuso comenzó antes de que se casaran, y continuó aún cuando ya lo conocían parientes de los esposos, y se puso de acuerdo con su esposo para ofrecer versiones falsas que explicaran sus golpes, al punto de implicar falsamente al exesposo de la mujer como el verdadero agresor. Incluso, las fotos del día de la boda de la pareja reflejan la piel golpeada de la mujer.
En una ocasión, los golpes y gritos provocaron que un vecino de la pareja llamara a la Policía, a los cuales la mujer despachó asegurando que no pasaba nada. "Cuando la Policía se marchó, el querellado se asomó al balcón riéndose", indica el Supremo, a la vez que relata que en una ocasión, el juez amenazó a su esposa con matarla y con que la iban a encontrar "con un alambre de púa". "Según ella testificó, él se jactaba de que sabía cómo hacer esas cosas porque fue fiscal", dice el escrito del Alto Foro.
También se jactaba de que "llevaba veinte años metiéndose perico” y no lo habían tocado. Santiago, quien estaba asignado a Aibonito y estaba suspendido, con paga, desde junio de 2012, juramentó como juez en 2009 después de que una exesposa anterior le pagara los estudios de Derecho y de que, en su juventud, fuera entrenador de gimnasio y concursante en certámenes de belleza.
La relación de noviazgo con la víctima comenzó en 2011 y la licenciada finalmente abandonó el apartamento conyugal en febrero de 2012 tras la intervención de sus supervisores en la SAL.
"Si bien resulta lamentable que estas situaciones puedan lacerar la imagen de tantos buenos servidores de la justicia, no es menos cierto que es una muestra de que el sistema cuenta con los mecanismos necesarios para procesar a quienes se aparten de la ética profesional y le fallen a la confianza depositada en ellos", sostuvo la jueza administradora de la OAT, Sonia Ivette Vélez.
Lee la resolución del Tribunal Supremo, aquí.
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