jueves, 4 de marzo de 2010

¿Por qué no renuncia?

Ya en el pasado les había comentado sobre mis reparos a expresiones y actitudes de la actual Secretaria de la Familia, Yanitsia Irizarry. En estos días, la escuché comparar a las mujeres con gallinas en el contexto noticioso de una joven madre, dentro del ciclo de violencia doméstica, cuyo compañero golpeó gravemente a su bebé. Ante la gravedad del asunto, y ante el ojo público juzgador e injusto, Irizarry aprovechó para, como en tantas otras ocasiones, hacer un llamado manipulador a las madres del país, esta vez, para que actuaran como gallinas. Ajá. Y es que nuestra Secretaria de la Familia no sabe si se peina o se hace rolos. Por un lado reconoce que existe el síndrome de la mujer maltratada y el ciclo de violencia pero, a la misma vez, nos dice a las mujeres que salgamos de ahí, así como si fuera tan fácil, cual si la maternidad, por el mero hecho de ser madre, nos diera las herramientas necesarias para decir ¡Basta! ¿Qué será, qué será lo que le hace falta a Irizarry para entender? Nos habla de gallinas que protegen a sus pollitos, y usa ese mismo mensaje para justificar quitarle los hijas e hijas a las madres de Villas del Sol. ¿Qué pasó, Secretaria? Ah, ya sé, es que entre las gallinas no existen las diferencias entre ricas y pobres, y como bien nos explica la compañera Amárilis, todas las gallinas son maltratadas por el gallo que las picotea. Lo que es igual no es ventaja. ¿Verdad, Secretaria?
Por favor, estudie, trate de entender, deje de hablar tanto y haga más.
Les dejo por aquí una columna al respecto por

04-Marzo-2010 AMÁRILIS PAGÁN JIMÉNEZ
DIRECTORA EJECUTIVA DEL PROYECTO MATRIA

Gallinas cluecas

Esta semana tuve la terrible experiencia de escuchar a la Secretaria de la Familia exigir por radio que las mujeres que atraviesan situaciones de violencia doméstica actúen como gallinas. Sí, así como lo oyen. Inclusive, llegó a decir que las gallinas son mejores protectoras de su prole que estas mujeres. Y que conste, no lo dijo una ni dos veces, sino varias.

Partiendo de esta terrible e inadecuada comparación, a renglón seguido advirtió con voz sentenciosa, que estas madres que “permiten” que ocurra la violencia doméstica son nada más y nada menos que “procesables”, cómplices de la violencia y merecedoras de que se les remueva la custodia de sus menores. Aparentemente hay varios temas en los cuales la Secretaria de la Familia es poco conocedora. Uno de ellos es el de las gallinas, y el otro el de la violencia doméstica y los patrones de poder y control que se desarrollan en torno a ella.

De las gallinas parece desconocer que, como animales que son, actúan sin estar sujetas al manejo de emociones y pensamientos que manejamos los seres humanos. También parece desconocer, que una gallina actúa en total sumisión ante el gallo, que de paso es polígamo y está autorizado en su sistema jerárquico a disciplinar a picotazo limpio a cualquier integrante del clan que no le obedezca.

De la violencia doméstica desconoce que la misma no se vive y se sufre de manera voluntaria. Ignora que las mujeres no la permiten, sino que la sobreviven como pueden hasta descubrir que tienen otra alternativa.

Hablar en términos de culpa al referirse a una sobreviviente de violencia doméstica, es liberar de responsabilidad al agresor y a la construcción social que crea las condiciones de desigualdad que provocan esa violencia.

¡Qué hablar de los niños y las niñas! Su mayor victimaria no es su madre. Es la incomprensión y la falta de voluntad de las funcionarias como la Secretaria para trabajar la prevención de violencia desde una perspectiva integral y de equidad.

Pero, ¡ah claro!, se me olvidaba que con la “Promesa de hombre” todo ha de estar resuelto.

¿Para qué saber de gallinas y de violencia de género?

Si con que las mujeres obedezcan y actúen como gallinas todo queda resuelto y en paz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la nota de Pagán me encantó. Ahora, si quieren ver más ignorancia sobre la violencia doméstica, lean los comentarios a la nota en el periodico online. ellos concuerdan con Pagán en que la comparación fue malísima, pero dicen que también es malísimo que unos adultos, incluyendo a la mujer, hagan que los niños vivan en esa situación. o sea, que ellos tmabién responsabilizan a la mujer por quedarse en el ambiente violento. Dios mío, cuánta ignorancia!!!!